Capítulo 5: Presentimientos

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AMBER

Golpeé a la criatura de felpa con mi pierna, haciéndo que cayera al suelo, para luego tomar mi espada de mi cinturón y presentar la punta en la gran cruz roja que se encontraba cocida en el pecho del muñeco de entrenamiento, justo a la altura del corazón.

–Bien, de nuevo. –me ordenó mi entrenador desde atrás.

Era la tercera vez que repetía aquel movimiento, y ya comenzaba a aburrirme.

–Jim, creo que ya se como derribar a un infrano. –protesté mientras lo miraba.

Jim era un ex cazador de unos 70 años que parecía no tener preocupación alguna con su delgado cuerpo ahora envejecido, me recordaba a Yoda, y no le tenía piedad al momento de molestarlo con aquella comparación.

–Amber, si lo que me dices es cierto, tienes que volver a entrenar para el combate, hace mucho tiempo no tienes un enfrentamiento con un infrano, y hemos pasado mucho tiempo trabajando en tu fuerza explosiva estos últimos años.

Sin más que decir, protesté con pocas ganas para volver a levantar a la bestia de peluche, para luego repetir el mismo movimiento unas veinte veces más, hasta que finalmente Jim decidió que ya era suficiente.

–Deshazte de la espada, trabajaremos en tu escudo. –me informó el viejo, mientras caminaba lentamente hasta su pequeño almohadón en el suelo.

Jim se tomó su tiempo para tomar asiento, y dejó su pequeño bastón a su lado mientras esperaba a que yo lo acompañara en mi almohadón.

Cuando nos volvimos a encontrar, ahora enfrentados y cruzados de piernas en la misma posición, él me indicó que cerrara los ojos para comenzar con el trabajo.

Cuando mi visión se volvió negra, me propuse concentrarme en sus palabras, dejando que mi cuerpo se relajara.

–Recuerda, el uso de la respiración es casi tan importante como la conexión con tus sentidos. Asegurate de olivarte lo que sucede a tu alrededor y mirar hacia tus adentros. –continuó el viejo.

Ahora, ya no me encontraba en el gran salón detrás de uno de los miles de gimnasios de Nueva York, sino que mi alma y mi persona se encontraban juntas dentro de mí. Mi respiración era casi inexistente, y estaba completamente concentrada por encontrar dentro mío aquella parte que sería capaz de reactivar mi escudo de cresicur.

–Cuando encuentres tu fuente de energía que alimentará el escudo, lo sabrás, luego, solo tienes que encontrar tu forma de liberarlo. –me guió él.

Por un momento, creí perder mi concentración, pero el notar como alguien dentro de mí me llamaba, me hizo volver.

Ahora mis ojos dejaban de ver oscuridad, y comenzaron a notar como una luz azul iluminaba mis párpados.

Todavía me encontraba con los ojos cerrados, pero ahora veía con claridad a una joven delante mío. Era yo de niña, y tenía alrededor el escudo que había perdido al cumplir los 18, el mismo que ahora intentaba dominar para poder controlarlo y hacer aparecer cuando quisiera.

Creía estar a punto de lograrlo, y noté como una Amber de unos 6 años me extendía la mano, en busca de la mía. Pero cuando cometí el error de mover mi cuerpo para intentar llegar a ella con mi brazo, el efecto desapareció.

Abrí los ojos con rapidez mientras daba un pequeño salto en el lugar, se había sentido como si estuviera cayendo desde lo más alto del cielo, haciendo que me estrellara con la realidad.

–Mierda. –insulte hacia mis adentros.

–Esta bien, ya casí lo logras. –me intentó tranquilizar Jim–. Debes dejar todos tus sentidos de lado, y utilizarlos dentro tuyo. Si te concentras en el más mínimo ruido o intentas tocar algo usando tu cuerpo real, el efecto se romperá. –me aleccionó él.

HELLBORN: El regreso del fuego [En curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora