Capítulo 43

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Amistades conocidas

Salir con Dayana toda la semana fue muy liberador y el plan que organizamos para mañana promete buenas cosas, con Daniel he hablado un poco por su número que tengo registrado, del otro ya no me ha mandado mensaje desde la última vez.

Quedé con él para ir al parque de diversiones junto a Daniela y Dayana con Osmar, así que Daniela ya invitó a su quedante para la salida dentro de dos días.

—Llegará pronto y no te has arreglado.— mi mamá entra a mi habitación molesta.

—Es una señora, no es como si el presidente fuera a venir.

—Pero ella siempre viene bien vestida, es como de esas señoras que destilan elegancia, además me dijo que su esposo e hijo podrían venir.

—Bien por ti.

—Arréglate, le he hablado muy bien de ti, como siempre

—Gracias, pero ya estoy comprometida.

—A Luna le cae bien mi amiga.

—Al decir amiga, parecen adolescentes.

—Hoy andas de muy mal humor, ¿Tienes la regla?

—Puede ser, pero déjame en paz, no saldré en todo el día.

—Tienes que salir, es más, puedes invitar a tu novio.

—Bien, pero si asesina a los invitados, no será mi problema.

—Ellos son una familia muy buena y educada, no tiene por qué matarlos.

—¿Entonces lo invito?

—Sí, pero después cuando llegue tu padre y su esposo, queremos una tarde de chicas.

—Querrás decir señoras.

—Iba a decir eso, pero tú estarás.

Tomo mi ropa sobre la cama y una toalla para bañarme de mala gana, salgo aseada y con unos pantalones.

—Hija, ponte uno de los últimos vestidos que dejaste.

—No quiero, así estoy bien.

—Vamos mi niña, por favor, sé que te verás divina.

De mala gana abro mi closet y saco uno de esos vestidos que me compró cierta persona en la plaza, me lo coloco con una media sonrisa porque sé que a mi mamá no le va a gustar mucho su escote, aunque a mí me encanta, para el maquillaje escojo uno suave y unas zapatillas plateadas de tacón alto y mi cabello me lo dejo suelto.

—Te ves como una modelo—dice mi madre con los ojos brillantes.

—Gracias mamá, tú también te ves bien.

Lleva un vestido abajo de la rodilla con algunas flores negras y el vestido de color hueso, para su edad, se ve muy bien.

Me siento en el sillón de la sala mientras navego por las redes sociales y le mando una foto mía a Daniel, con todo y el escote prominente.

Daniel:

¿Vas a algún sitio?

Me encanta ese

vestido, tengo que

verlo, mis necesidades

lo aclaman.

Pues calma esas

necesidades, porque

no está disponible para ti

Virgen De La Mafia 🔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora