Habitación del enemigo
Los días me han estado deteriorando, sufro mental y físicamente, mis labios están secos, mi cuerpo duele por los golpes y los ojos me arden de tanto llorar.
El que la puerta se abra de golpe solo hace que me limpie las lagrimas y me encoja en la cama con el hombre que entra por esta con sus ojos azules mirándome a los ojos con odio.
—Espero que hayas dormido bien porque hoy regresas a tu cuarto—dice abriendo las cortinas de la habitación, la luz me obliga a cerrar los ojos y cubrirme con mis rodillas.
—¿Puedo comer algo antes?
—Al rato mando a alguien para que te lleve algo, levántate—ordena y obedezco levantándome poco a poco, de nada me sirve llevarle la contraria.
Me alza en sus brazos de repente pegándome en su pecho hasta bajar las escaleras e introducirme al sótano horrible con olor a orina.
—Bienvenida a tu Pent-House—habla con burla en su voz.
—Que amable, gracias, ya puedes irte, yo me encargo de arreglarlo—le sonrío falsamente alejándome de él para evitar que me golpee.
—Escúchame bien Sara, creo que por tu mente de niña pequeña no te ha quedado muy clara tu posición aquí, eres mi mujer y como mi mujer no puedes ver a los hombres que están aquí, no puedes hablarles, no puedes sonreírles ni nada, de lo contrario me obligas a hacerte lo mismo que ayer ¿Entiendes?—me sujeta el rostro para que lo vea fijamente y asiento.
—¿Soy tu mujer?—pregunto de nuevo como una estúpida, no es que mi mente no me permite entenderlo, es que no quiero hacerlo.
—Así es.
—Entonces, ¿por qué duermo en este lugar?, si soy tu mujer debo dormir en la casa, no aquí. ¿Cómo quieres que te respete, si ni siquiera tú me das mi lugar? Merezco dormir en una habitación fuera de este lugar—digo como única opción para que me saque, si tengo que seducirlo para salir de aquí, lo haré, no puedo seguir aquí orinando en una cubeta.
—Ayer intentaste escapar, ¿me crees tan idiota como para sacarte?
—Entonces no me quieras obligar a que me quede clara mi posición, si no me vas a tratar como tu mujer es mejor que desistas a esa idea de someterme porque escúchame bien Daniel, me podrás tener secuestrada, podrás golpearme y hacerme lo que quieras, pero jamás cederé a la idea de ser tu mujer al menos que me trates como se debe y eso incluye sacarme de aquí y alimentarme cuando yo quiera—termino de hablar y lo observo con esperanza en los minutos que él se queda analizando la situación.
—Está bien—cede— Pero dormirás conmigo, no hablarás con nadie que no sea mi abuelo, no mirarás fijamente a nadie, y no me harás preguntas sobre nada—repite lo que ya había dicho y yo asiento con la cabeza.
Me saca arrastras del sótano hasta subir de nuevo las escaleras, abre la puerta de la que parece ser su habitación y me avienta dentro, perdió la delicadeza con la que me sacó del cuarto de su abuelo.
—Más te vale portarte bien por que te puedo meter en un sitio peor del que estabas, mañana irás conmigo de compras, no voy a dormir con una mugrosa que no se baña ni cambia, no salgas de aquí hasta que yo vuelva, alguien te traerá comida, tal vez no regrese hoy, así que te quiero quieta y puedes sacar una camisa de mi armario para cambiarte, también el baño está disponible, puedes ver la tele si quieres—agrega de manera rápida y sin más sale dejándome sola en el cuarto, colocando seguro a la puerta desde afuera.
Me dedico a observar la habitación por primera vez, es gigante, al centro de la habitación hay una cama donde fácilmente caben 4 personas con mi cuerpo, toda la habitación es blanca con una pared azul oscuro en la cabecera de la cama, las cortinas están recogidas pero son negras, los muebles son color negro, tiene dos puertas más, las que supongo que son el baño y el armario, entro al baño y la habitación está completamente llena de lujos, no solo la habitación es lujosa, el baño lo es aún más y es del tamaño de mi cuarto en casa de mis padres, es como las mansiones de los narcos de televisión.
ESTÁS LEYENDO
Virgen De La Mafia 🔪
Teen FictionLa "Virgen" y no por ser una santa o un ser celestial, aunque para muchos fuera una diosa, para otros es peligro, para algunos es la fortuna mientras para otros una maldición. ¿Quién diría que la vida aburrida de una chica aburrida daría un giro tan...