Capítulo 36

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Fiesta de antifaces

El automóvil que nos transporta se detiene justo a la entrada de la recepción del hotel gigante que está frente a nosotros, los hombres que me acompañan salen primero despertando miradas atentas de mujeres a pesar de traer antifaz, y por último bajo yo enganchándome a los brazos de Daniel y Dean y a los lados su padre y su abuelo llamando la atención de todos como si fuésemos unas estrellas de Hollywood.

—Oh, que alegría que hayan llegado ya— Un tipo regordete con barba es el que nos recibe estrechando su mano con los hombres que me acompañan.

—Adriano— lo nombran como saludo.

—Esta debe de ser la tan aclamada virgen de la mafia— me toma de la mano logrando que suelte a mis acompañantes— He oído mucho de ti, eres una leyenda.

—Solo lo normal— respondo encogiéndome de hombros.

—Bien, entremos, justo se está por servir la cena—intenta tomarme por la espalda baja, pero Daniel me estrecha con su cuerpo impidiéndoselo.

—Te seguimos—le indica y el señor asiente caminando con nosotros detrás.

Antes de entrar nos pide aguardar un poco dejándonos solos y somos precavidos a la hora de tocar las armas que todos cargamos a través de la tela, la familia completa nos echamos un vistazo confirmando que hay sospecha y volvemos a nuestras poses iniciales cuando Adriano regresa.

—Bien, entren— regresa después de poco tiempo.

Entro enganchada a los brazos de ambos hermanos y somos enfocados por una luz blanca que me hace cerrar los ojos un breve momento.

—Y aquí tenemos a la mafia más importante de todas, la mafia del león junto a su hermosa acompañante, la virgen de la mafia.— dice y los murmullos comienzan molestandonos.

—¿Para qué diablos pidió antifaces si nos iba a dejar a la vista de todos? — se queja Dean y todos asentimos de acuerdo.

—Así es gente, las leyendas existen y están aquí presentes.— nos señala.

—Vámonos a sentar, esto no es confiable—susurro a ambos hermanos y asienten avanzando hasta una mesa con su apellido en letras doradas.

—Todas las miradas están sobre nosotros, eso no es bueno.

—Tú quisiste venir, te dije que eran tonterías—le reclama Daniel a su padre.

Sirven lasaña a todas las personas y me voy preparando para mi trozo cuando me ponen un trozo de carne frente a mí enfureciéndome.

—Estos son unos de nuestros mejores cortes de carne, espero les guste—aparece Adriano con una sonrisa observándonos.

—Prefiero Lasaña—dejo saber mi disgusto.

—Debería probarlo, lo preparamos especialmente para ustedes.

—Quiero Lasaña, no me importa lo demás.

—Pero...

—Si la señora te pide Lasaña, le sirves lasaña—le deja claro Daniel— Y será mejor que cambies estos platillos para todos, estamos hartos de cortes de carne.

—Si León— asiente y ordena que quiten los platos reemplazandolos por un trozo de lasaña con espagueti a un lado como a los demás—Con permiso— se retira dejándonos solos.

—Algo anda mal, no nos pueden dar platillos diferentes ni darnos tanta atención, se supone que nosotros somos los interesados.

—Estoy de acuerdo con ella, esto no está bien, se supone que solo iban a dar bocadillos no una cena formal con tanta gente de por medio— su padre me da la razón.

Virgen De La Mafia 🔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora