Virgen De La Mafia 🔪

Capítulo 50

Última llama

09 de Septiembre

Sara Méndez

Cuando amamos a alguien nos debilitamos y mostramos nuestro punto débil, cuando dependes de alguien esa persona usa eso en tu contra para acabarte.

Cuando confías en alguien, el destino se empeña en que todo sea una farsa y eso es algo que trato de evitar aunque me resulte imposible.

No tengo tiempo para estar tocando la puerta, así que me brinco la fachada de la casa de mis padres en tiempo récord, entro a la casa y sólo encuentro a mi mamá desayunando junto a Dayana.

—Sarita— corren a abrazarme.

—¿Qué sucedió?—pregunto sentándome en el sillón.

—Joselyn está desaparecida.

—¿Dónde la vieron por última vez?

—Estaba en un centro de rehabilitación y por la noche ha desaparecido, hoy mismo.

—¿La policía se ha hecho cargo?

—Dicen que ha escapado por huir de rehabilitación, pero yo sé que no Sarita, ella me llamó y me dijo que estaba bien.

—Pues busquemosla—me levanto de golpe y un mareo me hace caer de nuevo sentada.

— ¿Estás bien?—me pregunta mi mamá con preocupación.

—Sí, debió ser porque no dormí bien, toda la semana estuve desvelándome.

Y es verdad, el jodido de Dante no sacaba su miembro de mi interior en ningún momento más que cuando salíamos o hacíamos del baño.

—Hace una semana que pasó lo de las noticias, era para que estuvieras bien, no desvelándote. —me regaña

—Es mi vida de mafiosa.

—No me gusta que te refieras a ti de esa manera.

—Bueno, ¿Robert sigue dándote clases? —le pregunto a Dayana observando el reloj.

—Sí, está por llegar, de hecho.

Me siento a comerme un pan junto a ellas y recibimos a Robert que me felicita al responder correctamente las preguntas que me hace, mantengo una conversación fluida con él sin equivocarme y no es porque no me preocupe el tema de Joselyn en este momento, simplemente es que necesito aprender este idioma a la perfección antes de realizar planes a futuro.

—Muy bien, diría que ya no tienes nada más que aprender, al menos que quieras convertirte en una maestra, pero ya estás lista, oficialmente eres una políglota, hablas más de tres idiomas pero puedes aprender más, tienes un gran potencial.

—Quiero aprender ruso.

—Por supuesto, me encargaré de preparar todo para mañana y darte la introducción, con Dayana seguiremos hablando francés y con la pequeña le seguiré dejando tareas cuando la vea.

—Muchas gracias — lo despido y lo acompaño a la puerta donde se sube a su auto y parte de mi casa.

Entro de nuevo a la casa y me encargo de llamar a la única persona que puede ayudarme en la situación en la que estoy.

— ¿Bueno?—contestan del otro lado y sonrío.

—Ey, JJ— saludo tranquila.

—Sarita, joder, esto es un caos, no sabes lo feliz que estoy por que estés viva.

— ¿Qué ha pasado?, tuve que huir por mi cuenta.

—Lo sé, Dean contó todo y desató la furia de Daniel.