Cápitulo 10

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Escape

Después de varios días sin saber lo que es despertar sin maltrato, hoy puedo decir que el día pinta para no ser tan horrible, el olor de Dean cala mi olfato y volteo al otro lado de la cama encontrándolo vacío.

Me levanto de la cama y me encamino a la ducha donde me baño y salgo con una toalla al rededor de mi cuerpo, abro las bolsas y saco la ropa con la que me quiero vestir hoy, un pantalón ajustado de color claro, una sudadera rosa y unas convers del color de la sudadera, con mi cabello simplemente lo peino haciéndome una coleta alta y salgo encontrándome a Susana, a la cual miro con asco mientras ella limpia los cuadros artísticos que de seguro son robados del pasillo.

—¿Qué haces en ese cuarto?—me pregunta en cuanto me ve.

—En primera no te tengo que dar explicaciones y en segunda, háblame de usted, te recuerdo que soy más importante que tú en esta casa y en donde sea.

—Eso no es cierto.

—Claro que sí, solo mírame y mírate, tú estás limpiando la casa mientras yo estoy saliendo de esa habitación con ropa nueva, así que ya sabes Peppa pig, cuida tu boca al dirigirte a mí.

Bajo las escaleras sin esperar respuesta por parte de ella, llego al salón y me encuentro con el abuelo desayunando.

—Hola niña—me sonríe.

—Hola abuelo Eddie—le contestó sentándome en la mesa—¿Puedo comer?.

—Claro, ahorita te traerán tu comida, iba a mandar a que te la llevaran, ¿Sabes a qué hora salió Daniel?.

—No, y la verdad no me interesa.

—¿No dormiste con él?

—Al parecer estaba ocupado apareandose con Susana, así que me di la vuelta y me largué de su cuarto.

—¿Con Susana?—dice sorprendido.

—Si, y es asqueroso, así que hablemos de otra cosa.

—¿De donde sacaste la ropa?

—Dean me llevó a comprarla.

—Me parece bien, ya te hacía falta.

—Supongo...

Terminamos la plática en cuanto una señora de unos 50 años entra por la puerta de la cocina con nuestros platos y bebidas.

—Gracias—le contesto por cortesía y se me queda viendo raro—¿Pasa algo?

—No señorita, solo es que... nunca me habían dicho gracias a excepción del señor Eddie.

—Pues acostúmbrese porque es algo normal, bueno cuando la situación lo amerita.

—Está bien señorita.

—¿Cuál es su nombre?—le pregunto mientras me llevo un poco del platillo a la boca.

—Ana

—Bonito nombre, me gusta.

—Gracias, bueno... yo me retiro, con permiso—dice y se retira desapareciendo de nuestra vista.

—¿Siempre ha trabajado aquí? —le pregunto al abuelo cuando terminamos de comer.

—Si, Susana es su sobrina.

—¿Y sabe que se acuesta con Daniel?

—No lo creo, para ella Daniel y Dean son como sus hijos.

—Ya veo...

—¿Dónde está?—entra Daniel enojado azotando la puerta al cerrarla.

—¿Quién?—le pregunta su abuelo.

Virgen De La Mafia 🔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora