Capítulo 4

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General corrupto

Una semana ha pasado desde mi intento de secuestro en el cual salí ilesa gracias a esa tal Daniel, la fiesta es el día de hoy y después de convencer a mi madre me ha dejado ir, claro que no ha sido fácil, de hecho sólo me deja ir por que me iré con Britani y Juan, de ahí en fuera me tiene sobreprotegida, siempre ha sido así pero ahora más, me acompaña a la tienda y a la escuela como si de una niña de 10 años se tratase, por lo tanto también evito salir, sólo lo hago cuando es necesario, o sea para ir a trabajar y a la escuela.

Y como dicha presencia ya mencioné, Britani no para de molestar con lo de arreglarme glamurosa por si hay chicos guapos, para que olvide la desgracia y sonría a la vida, ojalá fuera tan fácil como ella dice desde que le conté todo de ese día, incluyendo a cierto chico de ojos azules.

—Este es el ideal—dice mostrándome un vestido súper corto negro ceñido al cuerpo que ni idea tengo de donde lo sacó.

—No me pondré eso, vamos a una fiesta no a un burdel—me niego rotundamente, quedaré muy exhibida con algo así, ese no es mi estilo y espero que nunca lo sea.

—Vamos Sara, jamás te eh visto con algo así a pesar de tu cuerpo, deja de esconderlo y muéstralo que la ocasión es digna de esto—me pasa el vestido al cual accedo después de miles de súplicas de su parte poniéndome rápidamente, ya que cuando volteo ya tiene su estuche de maquillaje abierto.

—No es verdad que escondo mi cuerpo, incluso uso pantalones ajustados y blusas cortas—le reclamo por lo que dijo hace un momento mientras me siento en una silla.

—Bueno... Tenía que exagerar un poco para que aceptaras...—se encoge de hombros pasando su brocha por mi rostro.

—Bueno ya, no quiero mucho maquillaje— intento quitar su mano a la tercera pasada de la brocha.

—Nena, tu piel es hermosa, no necesitas mucho maquillaje solo es polvo, es más, solo te colocaré un poco de iluminador, brillo labial y sombras en los ojos para terminar—dice nombrando cada producto que va sacando.

Pasados 20 minutos termina con la magia que hacen sus manos siguiendo con mi largo cabello al cual solo le realiza ondas al final peleando con mi cabello poco manejable a manos ajenas.

—Tu cabello es muy difícil de manejar, deberías cortártelo— se queja acomodándolo con sus manos.

—De ninguna manera—dice mi mamá entrando a mi habitación sobresaltándonos.

—Mamá, no empieces—le suplico con los ojos por que ya sé el sermón que me va a dar sobre cuidar mi cabello y lo bello que es para ella, y que ella hubiera dado todo por tenerlo así, una infinidad de cosas más que la verdad me dan igual, solo me lo dejo por que me gusta.

—Está bien, ya es tarde ¿A qué hora es la fiesta?— pregunta observando el reloj de mi habitación.

—Cierto, Sara ya tenemos que irnos, llegaremos tarde.

—Juan dijo que pasaría por nosotras, además ¿Quién puede llegar tarde a una fiesta de adolescentes?

Los toques en la puerta se hacen presentes y ambas salimos encontrando a Juan recargado sobre su coche con una sonrisa en el rostro.

—Adiós señora, gracias—le grita Britani a mi mamá antes de subirse al carro de Juan en la parte trasera.

—Nos vemos al rato mamá—le grito también subiéndome al auto.

—Si, cuídense—nos responde a ambas acercándose a la puerta.

—Buenas noches señora, prometo traer a su hija sana y salva. — promete el dueño del auto antes de arrancar el auto.

Virgen De La Mafia 🔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora