Tic, tac, el tiempo corre...
Los moretones en cada rincón de su cuerpo dolían cada día, sus músculos ardían en dolor que le impedían levantarse o caminar correctamente y su cuerpo tomaba forma durante las semanas en que Keiko le había pedido a Angie, casi rogando, que le entrenara y enseñara a defenderse.
Todos los días, a la misma hora, en la sala de entrenamientos del Shie Hassaikai, la Rivera menor y la castaña intercambiaban golpes y estiraban cada parte de su cuerpo. Keiko reconoció lo sangre fría que es Angie, no tiene ni una pizca de piedad ni de consideración hacia ella y aquella mujer latina se lo había advertido.
El espacio entre Keiko y su amado era más que amplio, realmente no le veía, tampoco le llamaba o hablaba; aunque llegase a su oficina esta misma se encontraba vacía y allí dejaba su trabajo terminado, de alguna forma algo en su interior le hacía querer buscarlo pero la última vez que le vio su mirada era tan fría, distante y vacía que simplemente se hizo a un lado dejando pasar todo lo que ocurría en el interior del castaño.
Más semanas pasaron, haciéndose ya un mes y ambos seguían distantes, el cuerpo de Keiko mostraba resultados ante el entrenamiento y la disciplina de pelear, su mentalidad cambiaba lentamente debido a su amor ciego hacia aquel hombre, hacia su jefe; ahora tenía cicatrices debido a su entrenamiento con armas, Angie le ha influenciado de manera en que ambas comparten el no tener un don, por lo que Keiko admiraba a la azabache de ojos como la noche en verla ser una mujer de élite, leal a su hermana y a su vida como asesina profesional causando que la castaña quisiera también despertar su potencial.
Por otra parte, Kai sabía de los entrenamientos severos de Keiko y no dijo nada al respecto, su mente daba vueltas al confirmar que sí había un posible traidor o infiltrado en el Hassaikai y su frustración la descargaba en la pequeña alma inocente amarrada a la silla de pruebas cortando su piel una y otra vez, la pequeña de cabellos celestes llegó a su límite y sentía demasiado dolor, tanto que sintió su corta y triste vida irse despacio.
—Ha llegado a su límite, Overhaul. —Habló Chronostasis, quien bajo su máscara mostraba una expresión de lo que podría decirse compasión hacia la infante la cual se desangraba.
—Hm, bueno. —Respondió en un suspiro, retirando su guante ensangrentado tocando la cabeza de la niña, restaurando su vida, reiniciando el ciclo del terror que ella vivía.
ESTÁS LEYENDO
𝗔𝗦𝗜𝗦𝗧𝗘𝗡𝗧𝗘 | 𝐨𝐯𝐞𝐫𝐡𝐚𝐮𝐥 ;; 𝐜𝐡𝐢𝐬𝐚𝐤𝐢 𝐤𝐚𝐢.
FanfictionEn una parte del mundo, donde muchos son bendecidos por particularidades, don, quizás un milagro, donde muchos quieren ser héroes pero, ¿Qué pasa cuando no eres bendecido por un don? ¿Estás enfermo? ¿Te excluyen? ¿Tampoco puedes ser un héroe? Ser po...