𝗔𝗦𝗜𝗦𝗧𝗘𝗡𝗧𝗘 | 𝐨𝐯𝐞𝐫𝐡𝐚𝐮𝐥 ;; 𝐜𝐡𝐢𝐬𝐚𝐤𝐢 𝐤𝐚𝐢.

- ❍;; 18.

—¡Vete a la puta mierda, Overhaul!

—Cálmate.

—Es que enserio, le dimos nuestra ayuda, desde dinero hasta literalmente un escondite donde Japón no tiene jurisdicción ¡Y el maldito decide mejor unirse en una alianza con la Liga de Villanos!

Las hermanas discutían en la suite del hotel, todo iba cada vez más en tensión; por algún motivo que sólo el Hassaikai conoce hicieron la movida de hacer contacto con Shigaraki Tomura, el líder de la Liga de Villanos. Ambas azabache miraban las carpetas con la información de cada integrante, Lilith sintió decepción y un ligero aire de tristeza, siempre intentó ser amable y lo más cooperativa posible con el joven castaño desinteresadamente manteniendo la ira de su hermana menor al margen; Angie era la representación de la rabia de su hermana donde su cabello ahora suelto hasta su cintura ondeaba por cada furioso movimiento, incluso lanzó su cuchilla militar, clavándose en la pared.

—¡Esas cortinas costaron miles de dólares, Angie! —Regañó su hermana mayor provocando una mueca en su rostro— Te pagaré sesiones para controlar tu ira, si Kai prefirió trabajar con ellos es por algo y nosotras no debemos intervenir.

—Liliana, te quiero pero al igual con todo ese maldito cree que puede obtener todo el poder con su carita bonita alérgica a la sangre, debiste dejarme que le cortara el cuello pero no... Tu enfermizo altruismo y lealtad hacia el viejo te tienen como perro faldero, no llevaremos al "Hassaikai a la luz" —Imitó la menor al castaño en las últimas palabras, manteniendo la mirada firme en los ojos esmeraldas de Lilith— Tiene a Pops en coma... ¡En un maldito coma, Liliana! ¡Está usando a su nieta como fuente de recursos, le da igual matarla porque tú y yo sabemos cómo funciona su don, vimos lo que hizo con Rappa! Reacciona por Dios que pudo haber hecho lo mismo con nosotras.

Angie tenía un punto, Overhaul si quería podía no sólo aprovecharse de ambas, incluso podía matarlas ahí mismo; sin embargo, cuando ambas hermanas vieron desde lejos al joven de cabellos celestes con una cantidad de manos desde su cabeza, hombros hasta sus muñecas junto a una que cubría todo su rostro fue señal suficiente para dar final a su colaboración con el plan.

Asimismo, Liliana cumplió su palabra, esa tarde fue la última vez en que su mafia y la yakuza colaboraban; ya no había rutas de escape, tampoco le brindaría las redes  subterráneas y submarinas para su distribución, el laboratorio que habían preparado en Barcelona en medio de un hospital clandestino se utilizaría para otros propósitos y nunca más volverían a ver el rostro del joven de máscara en forma de pico.