One Shots CM (Pausada)

Cuidando a Emily (1)

Había sido un caso difícil, sobre todo porque uno de ellos había salido herido, por supuesto, Emily Prentiss "La reina de las conmociones". Tomaron un viaje largo de regreso a DC, y cuando aterrizaron, a las 7:30 pm, Emily sólo quería llegar a su casa y dormir, así que cuando Hotch se ofreció a llevarla a su apartamento no puso ninguna resistencia.

- Llegamos.- Le dijo mientras Hotch paraba el auto justo al frente del edificio.

- Te acompañaré hasta la puerta, quiero asegurarme de que estés completamente bien.

- Estoy muy bien.- Dijo Emily rodando los ojos.- Pero si te hace feliz puedes acompañarme.

Bajaron del coche y caminaron en silencio hasta que llegaron a la puerta del departamento.

- Bien. ¿Ya estás más feliz?- Le preguntó Emily recostándose en la pared del pasillo.

- La verdad es que sí.- Ella le sonrió en modo de agradecimiento.- Prentiss, hoy fuiste realmente valiente.

- Muchas gracias, Hotch, amo lo que hago, aunque debo admitir que me gané una buena paliza.- Dijo a modo de broma.

- No deberías jugar con eso.- La regañó, aunque su tono no era severo, más bien, era de preocupación.

- Vale, lo siento.- Se disculpó con él.

- Hasta mañana.

- Hotch, gracias.- Le dijo parándose frente a él.

- ¿Por qué?- Ella se encogió de hombros y le sonrió.

- Te preocupas por todos nosotros. Y creo que yo nunca te doy las gracias por eso.- Él le devolvió la sonrisa y se quedaron mirándose fijamente.- ¿Cómo está Jack?- Le preguntó rompiendo el incómodo silencio que se había creado entre ellos.

- Bien, mañana vendrá a casa conmigo, pasaremos el fin de semana juntos.- Le explicó, recordando a su pequeño hijo de seis años.

- Me alegra saber que puedes pasar tiempo con él.

- A mi también.

Se hizo otro silencio en el que Emily aprovechó para buscar las llaves y abrir la puerta.

- No sé si te apetece pero si quieres te invito a una cerveza.- Le ofreció la morena, quería agradecerle que se preocupara por ella, pero, también se moría de ganas de seguir hablando con él.

- Te acepto la cerveza, pero te recuerdo que no puedes beber alcohol.- Le dijo mientras ambos entraban al departamento.

- El doctor no dijo nada sobre el alcohol.- Se quejó.

- No lo dijo el doctor, lo dice tu jefe.- Le dijo con total seriedad.

- Te confieso que a veces eres un poco aburrido, jefe.- Le entregó una botella de cerveza y se sentaron juntos en el sofá.

- ¿Piensas que soy aburrido?- Levantó su ceja, no podía negar que la opinión de Emily siempre le importaba, mucho.

- Estaba bromeando.- Intentó justificarse.

- Yo no.- El tono de seriedad de Hotch era algo normal, pero aún así hacía que ella se odiara por haber compartido ese pensamiento.- ¿Lo piensas?

- Solo cuando eres el jefe.- Confesó. Emily podría odiar la seriedad de su jefe, pero seguía siendo ella con sus comentarios sinceros sin pensar en las consecuencias.

- Entonces siempre.- Comentó algo preocupado.

- Casi siempre, sí.- Volvió a ver la  seriedad en el rostro de Hotch.- Pero eres una persona increíble, Hotch.- Intentó arreglar un poco aquella situación. No es que Hotch estuviera realmente molesto, de hecho, lo que le preocupaba es que se sintiera dolido por algún comentario.