I still wait for you.

636 124 14
                                    


Chifuyu siempre fue alguien correcto, dentro de lo que cabe; siempre alguien sano y que seguía medianamente las reglas. Pero ahí estaba él en su habitación, buscando gotas para los ojos.

Quisiera decir que están así por haber llorado o dormido muy poco, o directamente no haber dormido en días, pero las razones eran completamente diferentes a esas, demasiado ajenas para ser sinceros.

Ni siquiera él podía sentirse orgulloso de la persona que se volvió, mintiéndole a sus amigos y escapando de noche hacia algún lugar que desconoce pero que no recordará en unas horas.

¿Ese era él ahora?

Tenía 14 años y sentía que su vida se estaba yendo por un caño, pero tampoco quería ayuda, quería terminar con el dolor y a la vez aferrarse a éste porque tenía miedo de que, si se deshacía del sentimiento, aquel chico que tanto ama también se iría. Los adultos podrían decir que para ser alguien joven, eso no era nada porque podrían venir cosas peores, pero para Matsuno no existía, ni existiría, nada peor que perder a su mejor amigo.

Él no estaba para afrontar más pérdidas, no quería escuchar a nadie regañarlo y tampoco quería alejarse de lo único que lo hacía olvidar, aunque sintiera culpa una vez que los efectos pasen.

Baji no quise olvidarte.

Baji no es por lo que crees.

Baji.

Baji.

Baji, por favor.

Esos eran sus pensamientos una vez recuperaba sus sentidos, llamarlo a los gritos de donde sea que se encuentre, sentir culpa porque no quiere olvidarlo a él, simplemente quiere apartar el dolor. Sentía que, en algún rincón de aquel mundo, Keisuke aún lo veía y no quería que sintiera que quería dejarlo atrás. Aunque Chifuyu no estaba muy seguro de si los muertos sienten. Lo acongojaba llegar a pensar que sería una decepción para Keisuke, la persona que siempre miró como un ser inalcanzable.

Pero Keisuke no iba a culparlo y eso lo destruía, que su amigo jamás lo juzgaría no importa las cosas que haga, ¿realmente quería hacer lo que hacía? Quería saber en qué segundo se perdió.

Tomó su celular y le envió un texto a Mikey, ese día no iba a ir con su moto y no quería molestar a Mitsuya.

Chifuyu: Voy a ver a Baji-san en unos diez minutos, ¿puedes ir por mí en aproximadamente 2 horas? Si no es mucha molestia.

Mikey-kun <3: Por supuesto, no te preocupes, ahí estaré Nono.

Después de leer aquella respuesta, Matsuno agarró su mochila, se puso la capucha y salió de su casa, tenía un viaje largo y mucho que pensar. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¿Se sentía nervioso? Sí. ¿Creía que lo estaba juzgando? También. Incluso en lo más profundo de su cabeza podía oír a Keisuke gritarle que era un tonto por todo aquello y también se enojó internamente porque de no haberse ido entonces él no estaría en la mierda.

Pero se arrepintió.

Porque Keisuke no fue egoísta, Matsuno lo estaba siendo.

Él estaba comportándose como un nene chico, y lo era, sí que era un nene todavía. Era alguien que seguía siendo un adolescente y a la vez tenía que enfrentar la peor pérdida de todas con esa edad ¿quién lo culparia?

— Huh, hola... hoy creí haberte visto en la puerta de mi casa y me emocioné, incluso creí haber visto que traías yakisoba contigo, pero no fue así. — Sus palabras salían con nerviosismo.

¿Qué cara tendría Baji en ese momento? ¿Qué expresión pondría si lo oyera confesar lo que estaba por decir? ¿Sus cejas se juntarían arrugando su ceño y sus labios formarían un puchero inconsciente? Extrañaba ver su rostro.

— Todavía estaba bajo los efectos de la droga que había consumido esa noche. Si me vieras ahora probablemente estarías más que enojado conmigo, tus gritos se podrían escuchar desde muchas cuadras y alguien hubiese llamado a la policía, simplemente para que corroboren que nadie se estuviese matando. — Su risa era nerviosa, demasiado.

Baji siempre le había dicho que podrían hacer, decir y pensar lo que quisieran mientras sea sano; podrían pelearse e intimidar a otros, mas no robar o consumir sustancias ilegales porque no les daba ningún beneficio. Baji hablaba desde la experiencia. 

¿Lo estaba defraudando?

Sacó un tulipán amarillo de su mochila, nada extravagante, simplemente sus sentimientos en aquella pequeña flor, la cual depositó sobre el mármol tan conocido para él. Una risa vaga nació de sus labios y sacudió un poco su cabeza, su mente estaba a mil por hora y su vista se estaba comenzando a nublar.

— Si Mikey-kun se entera de las cosas que hago me daría una paliza ¿verdad? — Jugueteó un poco con sus dedos. — Nadie en Touma sabe lo que hago, ¿quizás Takemichi? Viaja al futuro y al pasado constantemente. Espero poder seguir ocultando esto, Baji-san. — Admitió con algo de culpa.

En realidad, Chifuyu nunca se había detenido a pensar que quizás Takemichi podría saber lo que hacía algunas noches, si puedes cambiar el pasado que influye en el futuro, entonces el suyo estaba condenado. Hasta ahora no le dijo nada, así que podría significarse que no vio nada raro él.

O por fin había dejado de existir, aunque fuese poco probable porque eso sí lo sabría.

Estaba divagando consigo mismo nuevamente, olvidando por completo que aún no terminaba de hablar y Manjiro pasaría por él en un rato. Realmente el tiempo vuela.

— No sé por cuánto más podré ocultar la tristeza que me rodea, no sólo lo que hago, sino lo que siento. No desaparece nunca, no se va desde que te fuiste y tengo miedo, no sé dónde voy a terminar. — Sus hombros dejaron de tensarse y simplemente relajó sus músculos. — Quisiera terminar contigo.

Aunque lo que hiciste ese día está justificado y no es egoísta, yo quisiera hacerlo por otras razones y no creo que sean tan válidas como las tuyas, pensó. De alguna u otra forma siempre terminaba dejando salir su lado más inmaduro.

— No soy fuerte, no creo poder serlo. Todavía sueño con tu rostro, contigo entre mis brazos dándome la última sonrisa, con tu sangre manchando mi ropa. Tengo pesadillas con ese día. —Sus palabras salían rápidas y atropelladas unas con las otras, su ansiedad estaba volviendo.

Chifuyu se disculpó por no haber leído ninguna carta ese día, prometiendo compensarlo con otra cosa.

— Todavía te amo, Baji-san. — Volvió a admitir.

Luego de una leve reverencia, corrió hacía la salida donde Manjiro lo iba a estar esperando, sabía de antemano que el rubio no entraría, no porque no quisiera, sino porque algo se lo impedía. 

Dear Keisuke: I still love you. [BajiFuyu] |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora