I miss you.

506 105 19
                                    


Ese día hacía mucho frío, más que los anteriores, pero eso no le impidió a Chifuyu ir igual a ver al pelinegro. Había pasado una semana desde la última vez que lo visitó y sentía que estaba muriendo.

— Espero que no hayas creído que me olvidé de ti, Keisuke. Estuve practicando como te había dicho unos días antes. — Comentó el rubio frente a su amigo. — En realidad no es la canción de la que te hablé particularmente ese día, pero la oí en algún lugar y me pareció agradable que la conozcas.

Espero que te guste, la practique con mucho entusiasmo para ti, nadie más sabe que hago esto, por favor que sea un secreto, pensó mientras ojeaba rápidamente a su alrededor.

Tomó asiento frente a su amigo y desenfundó su guitarra, a la cual le empezó a rasgar delicadamente las cuerdas para que la melodía lo acompañara.

El teñido no se consideraba un gran cantante y sólo Baji sabía que en sus ratos libres le gustaba tocar aquel instrumento y pequeños versos de canciones aleatorias; Keisuke decía que amaba su voz.

Esta historia terminó, no existe. Lo que un día construimos, se ha esfumado. — Comenzó a cantar suave. — Pareciera que es más fácil dejarnos, pero eres un fantasma conmigo caminando.

Sus dedos flaquearon por unos instantes, su voz se entrecortó por el nudo que se formaba en su garganta y aun así se obligó a seguir. No puedes parar ahora, se dijo a sí mismo.

No creas que no valió la pena, no creas que no eres importante. Al contrario, yo te amé con toda el alma. — Le dolía seguir, realmente lo destrozaba.

Sentía que se estaba ahogando, debía parar, tenía qué, pero no podía. No podía dejar de cantarle con todo el dolor del mundo que aún lo extraña y que toda su historia sigue siendo de ellos.

Él sabía que Baji lo oía, necesitaba creer que lo hacía, quería aferrarse a un consuelo. Aunque dejó de cantar, sus dedos no dejaron de moverse, la melodía no paró, solamente necesitaba una bocanada de aire, ya llegó muy lejos como para callarse. Ya se guardó mucho cuando no debía.

No creas que no valió la pena. No creas que lo perdimos, esto que nos duele. — Levantó su vista de la guitarra y la posó en la tumba frente suyo. — Aunque nos duele, es solo nuestro.

Sonrió triste, era su canción lamentablemente. Seguía cantando y dando todo de sí para no romperse, hacía mucho que no le cantaba y estaba muy arrepentido de no haber hecho cosas cuando podía.

Yo no aprendí a soltar amores. Yo no aprendí a dejarte ir. Eras una apuesta de largo plazo. — Sollozó muy apenas, no iba a parar aunque su voz se esfumara.

Unos minutos más tarde había terminado de cantar, estaba hecho un lío, pero al menos le transmitió sus emociones a Baji. Le hubiese encantado que la primera vez que le cantara una canción completa sea algo más feliz que esa.

Pero no se podía todo en esa vida, lamentablemente.

Se levantó del suelo, sacudió sus pantalones, enfundó su guitarra y se la calzó al hombro. Por hoy ya había dicho todo lo que tenía escrito desde hacía días. Por hoy él se iba a permitir soñar con un futuro realista, quería imaginarse con Keisuke sin que doliera. 




Dear Keisuke: I still love you. [BajiFuyu] |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora