Donde Matsuno Chifuyu le lee cartas a su alma gemela, Keisuke Baji.
Aclaraciones: hay spoilers del manga, algunas otras cosas serán inventadas y sobre todo CONTIENE ANGST. Se tocan temas sobre la muerte, el suicidio, depresión y dependencias no sana...
Quería contarles que tengo hecha la playlist, va a estar el link en mi perfil pero también dejo el link en un comentario si les es más fácil copiarlo de ahí.
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— Nono, ¿qué hacemos aquí? Creí que íbamos a tu casa. — Sus ojos miraban con terror aquel complejo de departamentos.
Ahí estaban los nervios de Manjiro saliendo a flote. Estaban a unos metros de la casa de la familia Baji y el más bajo no entendía qué estaban haciendo ahí, no sabía si debía salir corriendo con el felino aún en brazos o simplemente seguirle la corriente a su amigo.
Cualquier elección que hubiese hecho, se iba a ver interrumpida por la mano de Matsuno, quien lo tomó de la cintura y lo guio escaleras arriba. No iba a dejar que escapara.
— No creo que deba estar aquí, realmente debería irme, toma, agarra a Hikaru. — Sus ojos se abrieron inmensamente cuando el menor tocó el timbre del lugar.
Sus pupilas se dilataron del terror y creyó morir cuando la puerta se abrió y la mujer los miró a ambos. Él realmente quería entregar al animal y correr, aunque se viera de cobarde aquel acto.
— Señora Baji, ¿cómo está? Traje a Mikey-kun, espero no estar siendo imprudente. — Sonrió alegremente hacia la mujer frente a él, y ésta le devolvió la sonrisa igualmente.
Una sincera, una que estaba en paz.
— Por favor, adelante niños, nunca serías imprudente aquí. Sabes que cuando quieras puedes venir. — Comentó apacible, mirando ahora a Sano. — Mikey, me alegra verte por fin, ha pasado mucho tiempo.
Chifuyu tomó a Hikaru de los brazos contrarios, aprovechando que su amigo estaba todavía procesando el momento y dejó que la mujer hiciera lo suyo.
La señora Baji al notar aquella acción dio unos pasos hacia el mayor y lo tomó en sus brazos. Lo abrazó fuertemente, quería transmitirle paz, una que alguien más también había ido a buscar hace un tiempo. Quería decirle que todo estaba bien, que iba a pasar.
La madre de su mejor amigo quería sostener a un pequeño Manjiro que había comenzado a llorar fuertemente mientras le devolvía aquel abrazo. Ella conocía aquel dolor de primera mano, y conocía a los amigos de su hijo, que, aunque estuvieran metidos en peleas adolescentes, no eran malas personas.
Sano Manjiro por primera vez en más de un año había empezado a llorar, se estaba dando un duelo como merecía.
— Pasemos, no nos quedemos aquí. — Aún con el adolescente entre sus brazos, se dirigieron al interior de la vivienda, y Chifuyu aprovechó en soltar al gato para que deambule por allí.
— Jiro, ven. — El teñido palmeaba suavemente un asiento a su lado para que su amigo lo ocupe y deje que la mujer vaya a preparar algo.
Matsuno quería aprovechar esos cortos segundos para aclararle algo. Una vez el bajito soltó a la mayor, se fue a sentar con su amigo, no sin antes darle una reverencia a la adulta.