Canadá.
— Papá, ¿hiciste el bolso? Partimos temprano mañana. — Regañó un Nahoya ya hastiado de repetir 6 veces lo mismo.
Entendía que su padre ya fuera mayor pero no que sea tonto o que decida jugar a serlo.
— Nono, no hagas que Naho se enoje, estoy muy grande como para hacer un movimiento de más. — Agregó Manjiro. Uno mayor y perezoso.
Desde su sillón veía como Chifuyu ignoraba a su hijo y se concentraba en aquel cielo inundado de estrellas, estaba completamente limpio de nubes, como si el mundo quisiera que observen sus millones de puntos brillantes, y entonces entendió.
— Smiley no molestes a tu padre, mejor ayúdame a llegar a la cocina, tengo hambre.
Nahoya desistió de seguir haciendo preguntas que no tenían respuesta alguna y se dedicó a ayudar a su otro padre, si tardaba un segundo de más se pondría quejumbroso y él quería irse a su casa.
Chifuyu por su parte se dedicaba a observar aquel cielo oscuro, ofreciéndole su mayor atención a las estrellas, como si le hablaran. Mas bien, como si alguien le hablara.
— Espera solo un poco más. — Murmuró paciente.
— ★—
— Souta el mes que viene viajas tú, por favor no pierdas el vuelo. Ya sufro lo suficiente con saber que voy a estar lejos de mi familia tanto tiempo. — Nahoya acariciaba con cariño la cabeza de su pequeño niño, Keisuke.
El hecho de que en este vuelo sólo iría a Japón con sus padres y no con toda la familia le ponía los pelos de punta, pero no podía quejarse.
— Que sí, no olvidaremos nuestro vuelo y no es como que tú nos dejes tampoco, puedo imaginar a mi celular vibrando cada día con tu recordatorio. — Bufó su gemelo, mirando cada tanto a sus padres.
Quería cerciorarse de que no iban a hacer ninguna idiotez, podían ser mayores, pero el espíritu de chicos jóvenes que vivieron una vida llena de adrenalina no los abandonaba.
— Keisuke no va a morir de tristeza por no verte unos días, tiene a Izana. — Agregó después de unos segundos.
Ambos niños se giraron a ver a su padre y tío respectivamente, sonriendo sin entender de qué hablaban.
— Vayan a saludar a los abuelos y háganlo bien. Que sepan que los aman con todo su corazón. — Alentó Souta.
Nadie sabía a ciencia cierta qué podrían pasar en esos días que los mayores se fueran a Japón, pero de alguna forma podía intuirse un final que no querían que los niños vean en primera persona. Que su padre Chifuyu quisiera viajar después de años les daba un pequeño indicio.
Ambos niños corrieron hacia sus abuelos, a quienes llenaron de abrazos y besos. Las palabras de cariño no se hicieron esperar para ninguno, aquellos dos ancianos amaban con su existencia a sus nietos.
La vida les quitó mucho y les cerró muchas puertas a una edad demasiado temprana, pero supieron salir adelante y encontrar una ventana abierta.
Luego de mucha despedida, los tres adultos se subieron al avión rumbo a Japón, prometiendo volver a verse pronto y pidiendo que se cuidaran.
Japón.
— Era hora, me estaba doliendo el culo ahí sentado. — Exclamó Manjiro.
Iba agarrado del brazo de Chifuyu, éste último riendo por el comentario hecho y negando con su cabeza. Jiro no cambiaba más.
— Estás siendo un drámatico, Mimi. — Concluyó su pareja.

ESTÁS LEYENDO
Dear Keisuke: I still love you. [BajiFuyu] |
FanfictionDonde Matsuno Chifuyu le lee cartas a su alma gemela, Keisuke Baji. Aclaraciones: hay spoilers del manga, algunas otras cosas serán inventadas y sobre todo CONTIENE ANGST. Se tocan temas sobre la muerte, el suicidio, depresión y dependencias no sana...