Un tutor muy serio

Trabajo de tutor

El día de clases era muy tranquilo dentro de lo que cabía. En la hora del descanso, los estudiantes se dirigían a la cafetería para comprar sus almuerzos pero en el caso de Jotaro, el prefiere irse a la azotea para comer tranquilo. ¿La razón? Las chicas siempre lo acosan y estar en medio de sus constantes discusiones, era algo que no le gustaba.

Estar solo en el techo de la escuela tenía sus ventajas, pues estaba completamente tranquilo además de poder observar un bello panorama, como las nubes viajando por el cielo azul y el viento pasar suavemente. Además de que podía fumar sin tener que soportar los regaños de los docentes.

Dicho descanso terminó y se dirigió a su salón de clases, tomó su lugar correspondiente y fijó toda su atención en su libreta para apuntar lo que el profesor fuera a enseñar. Sin embargo, la clase se vio pospuesta por un par de minutos con un anuncio que el maestro dio.

—El día de hoy, una nueva compañera se transfirió a nuestra escuela. Por favor, pasa —avisó el hombre, para después otorgarle la entrada a la nueva compañera.

En cuanto esa chica entró, todos los alumnos quedaron embobados con su apariencia, pues su atractivo no era normal. Una perfecta figura, un hermoso rostro con unos ojos azules, además de su cabello rojo que estaba adornado con dos horquillas con forma de estrella.

Sin contar el hecho de que vestía el uniforme de una muy prestigiosa escuela. Obviamente, los comentarios en voz baja no se hicieron esperar y cada persona murmuraba su opinión acerca de la nueva compañera.

Todos a excepción de Jotaro, que miró con indiferencia a su nueva compañera, pues no era algo que fuera de su interés. Y si resultaba ser una nueva fan acosadora, prefería no estar cerca.

—Mi nombre es Nakano Itsuki, es un placer conocerlos a todos —se presentó la pelirroja ante todos.

—Nakano, toma asiento a un lado de Kujo. Es el único que está disponible —indicó el profesor.

Itsuki asintió y se encaminó hacia el único lugar disponible. Aunque no conocía a Jotaro, sabía que él era el chico que mencionó el maestro ya que es la única persona a lado del asiento vacío.

Mientras caminaba a su lugar, recibía y correspondía cordialmente los saludos de sus nuevos compañeros, ya sean chicos y chicas. Ella puso su bolso sobre su banca y miró al joven de gorro.

—Tú eres Kujo-kun, ¿cierto? Es un gusto —dijo ella con una sonrisa alegre.

Jotaro la miró por unos breves segundos y se volvió a sus asuntos, ignorando el saludo de Itsuki.

La pelirroja se sintió algo incómoda tras ser ignorada, pues su atractivo tan intimidante y su mirada, no ayudaba en nada pero no insistió y enfocó su atención en la clase que continuaba ahora mismo.

—Bien, saquen su libro en la página 72.

Todos los alumnos presentes, obedecieron la instrucción del profesor y sacaron sus libros en la respectiva página para leer y estudiar el contenido. Pero una única persona fue la que no pudo realizarlo y esa fue la chica nueva, Itsuki, pues no tenía los libros correspondientes ya que en su otra escuela, los temas eran ligeramente distintos. Ella muy apenada, volvió a dirigirse hacia el chico a su lado.

—Este... Kujo-kun... No tengo mi libro, ¿podrías dejarme ver el tuyo? —pidió con un leve rubor causado por la vergüenza de hablarle.

No es que le desagradara el chico ni mucho menos que la haya ignorado, podía entender que quizás tenía un mal día y por eso no quiso interactuar. Aún así, ella decidió confiar en que no sería grosero nuevamente.