Una irritante insistencia

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Desde el momento en el que Jotaro renunció a su trabajo como tutor, dejó de tener contacto con las quintillizas, incluyendo a Itsuki la cual iba al mismo salón que el chico, pero simplemente ya no había interacción alguna entre ambos, ni siquiera una charla casual.

La propia pelirroja dejó en paz al muchacho, pues sabía que ahora que no tenían ninguna relación mas que el compañerismo, lo más probable es que él la ignorase sin mas.

Los días transcurrieron normalmente en el último mes y como el semestre ya había prácticamente terminado, solo quedaba repasar los últimos temas de clases antes de tomarse una pausa por el fin de año y la Navidad. Finalmente, llegó la ceremonia de clausura para dar inicio a las últimas vacaciones del año.

Concretamente, el día 24 de diciembre, se encontraba Jotaro junto a su madre celebrando la víspera de Navidad. Sin embargo, era un ambiente algo aburrido a su parecer ya que los dos únicos en esa casa veían la televisión reunidos en la sala principal. Era decepcionante, definitivamente decepcionante que su padre ni siquiera viniera en una festividad como esa.

No obstante, ese momento tan aburrido finalizó al escucharse el timbre sonar, lo cual hizo que Holy se levantara rápidamente del lugar para ir a atender a la persona que estuviera llamando; todo mientras el joven solo vio de reojo como su madre se iba corriendo con el típico entusiasmo y alegría que la caracterizaba.

Segundos después, Holy volvió de inmediato a donde estaba su hijo.

—Jotaro, te buscan —dijo la mujer con una sonrisa cálida.

—¿Quién? —preguntó él sin mucho interés, mirándola de reojo acostado en el suelo.

—Son tus ex alumnas, las quintillizas.

—¿Y qué quieren?

—Ve con ellas y lo sabrás.

—Tch...

Jotaro se levantó de mala gana y fue a la salida de su hogar para ver que es lo que querían esas cinco, y también exigierles que dejaran de molestar de una vez por todas. El muchacho llegó pronto a la puerta, y efectivamente, ahí estaban las cinco hermanas gemelas quienes vestían ropas de invierno por el gélido clima en esa época del año.

—¿Otra vez ustedes? ¿Qué es lo quieren? —cuestionó Jotaro mirando con fastidio a las chicas.

—Primero que nada, felíz navidad, Kujo-kun. En segundo, ¿te gustaría venir con nosotras a dar un paseo? —pidió Itsuki con su habitual seriedad.

—No.

—¡¿Eh?! ¡¿Por qué no?! ¡Solo un poco! —Itsuki se alteró al recibir ese tajante rechazo, pero debía esperar ese comportamiento obvio de él.

—Lo que sea que tengan que decir, háganlo aquí.

—¡Jotaro! —lo llamó Holy acercándose a él—. ¿Por qué no vas con ellas? Después de todo, son tus amigas, ¿no? Anda, ve.

—No dejarán de molestarme si me niego, ¿verdad? Que más da... —Jojo suspiró con pesadez.

El joven se adentró nuevamente a su casa dejando esperando a las cinco quienes charlaban con la alegre Holy. Momentos después, Jotaro regresó con un abrigo puesto y una bufanda para no enfermarse.

—Entonces, ¿nos vamos? —dijo Ichika tras ver como su ex tutor salía a lado suyo—. ¡Holy-san, prometemos cuidar bien de su hijo!

—¡Sí, se lo encargo a todas! —La americana se despidió de ellos moviendo la mano de un lado a otro con una radiante sonrisa.

Un tutor muy serioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora