El final de una relación

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Todo se había vuelto bastante pacifico en la vida de las quintillizas y su tutor, Kujo Jotaro, quienes seguían estudiando durante el tercer año para obtener unas buenas calificaciones con las cuales graduarse orgullosas de la preparatoria.

Ya no había ningún problema que afectara la vida de las cinco gemelas. Todas estaban libres de problemas, siendo Yotsuba la última en poder sentirse en paz consigo misma después de confrontar su pasado y dar pie a una nueva página en su vida. Ella ya había decidido ganarse el corazón de Jotaro por el presente, no por algo que quedó en el olvido.

En la familia Nakano, era más que obvio que la mayoría de las chicas admitía directamente el amor que tenían por el chico y esta vez se sumó la entusiasta Yotsuba quien le declaró a todas sus hermanas, que ella también haría lo suyo para estar con el chico de sus sueños.

Esto tomó por sorpresa a las demás chicas —excepto Itsuki, quien ya sabía la historia completa—, ya que la pelinaranja siempre había ocultado demasiado bien el afecto que tenía por Jotaro. Aún así, Nino y Miku no tuvieron ningún problema en obtener una nueva rival en búsqueda de conseguir el amor de su tutor. Por parte de Ichika, ella se sintió algo feliz porque su hermana Yotsuba dejara de ser esa chica tan sacrificada por todos, así que se motivó lo suficiente para dar el anuncio formal de que ella también amaba al chico.

Claro, Itsuki tampoco sabía que Ichika quería a Jotaro, lo cual fue la más impactada de todas. Algo bastante irónico respecto a su otra hermana.

La pelirroja se sintió algo desconcertada respecto a la situación ya que no sabía que conflictos entre su familia podrían suceder cuando estuvieran en presencia del joven tutor. Por alguna razón, sentía algo de malestar saber que el chico podría ser conquistado en algún momento.

No obstante, las preocupaciones amorosas de la quintilliza menor se vieron opacadas por unas más relevantes, al menos dentro de la vida de las Nakano. Esa era la demolición del departamento donde actualmente estaban viviendo.

Cuando las quintillizas recibieron el aviso a través de un papel que fue entregado en los demás departamentos, ellas estaban muy preocupadas y algo tristes al saber que el hogar en el que hicieron demasiados recuerdos y vivieron demasiadas experiencias, sería destruido. Para haber vivido por poco tiempo, ya se sentía como haber estás ahí de por vida.

Después de discutirlo entre las cinco, optaron por la decisión más viable y más rápida al alcance que tenían en ese momento. Tal decisión fue regresar al departamento que les había comprado su padre después de haberse hecho cargo de ellas. No les agradaba del todo tener que volver a ser tan dependientes de su padre pero no tenían otra opción.

Por su parte, ya se encontraban en las vacaciones de verano y no habían visto ni interactuado con su tutor en ese tiempo. Sabían que él no era del tipo de persona que buscara reunirse con alguien solo para divertirse un poco. Las enamoradas del chico buscaban tenerlo cerca así que, que mejor opción que llamarlo para que les ayudara a su mudanza que realizaban.

No tenían que llevar nada de muebles ya que su viejo hogar tenía todo lo necesario y probablemente seguiría igual tal como lo habían dejado hace tiempo. Lo único que tenían que transportar eran las cajas con todas sus pertenencias y quien mejor para ayudarlas que su actual tutor, Kujo Jotaro.

Él estuvo en desacuerdo con ayudarlas pero con la insistencia de cuatro de ellas, terminó por acceder y las acompañó para llevar todas sus cosas al departamento. Por suerte, pudieron movilizarse viajando en el automóvil de su padre quien les ayudó ofreciéndoles transporte. El mismo Jotaro fue uno de los pasajeros para que al salir de este tras llegar, les ayudara a llevar todo de la cajuela.

Un tutor muy serioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora