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Camila entro hacia el último piso donde se encontraban las oficinas de los altos mandos de BellMot, incluida por supuesto la suya, el día de ayer había sido el funeral de su abuelo, y ahora ella estaba allí presenté, dispuesta a seguir con su trabajo a pesar de las adversidades.

Debía admitir que el ambiente a su oficina había sido pesado, se sentía la falta del patriarca de la familia y fundador de BellMot, el gran moño negro colgado en la entrada de la oficina y en la sala principal que daba a su oficina, sin duda removió un poco su corazón, más sin embargo tenía cosas más importantes en que pensar, como por ejemplo, quien se quedaría con el puesto de su abuelo, el cual por supuesto era el más importante dentro de la empresa.

También no podía negar que estaba muy interesada en la parte de la herencia que le correspondía, y todos los proyectos que podría llevar a cabo con el dinero y con algo especial que esperaba su abuelo hubiese dejado a su nombre.

Miro hacia la oficina de Matthew, y aunque estaba cerrada supo que no estaba, según supo se tomaría un par de días más, para reponerse. Su padre, como siempre ya estaría en la oficina a lado de la de Hank Campbell, trabajando desde las ocho de la mañana, como todos los días de su vida, y al ser el segundo al mando de BellMot, probablemente tendría muchos asuntos que resolver con la partida de su abuelo.

La castaña se encerró en su oficina, y antes de abrir su laptop y comenzar a trabajar, se permitió rememorar la increíble noche que estaba sucediendo en su vida, hasta que el idiota de su hermanito, como todo machito estúpido decidió arreglar sus problemas de manera primitiva. Y ella como siempre teniendo que salvar su pellejo para evitar habladurías de la prensa y sobre todo de su tía Amelia.

Gracias al cielo la cosa no llego a mayores, nada que un poco de dinero no pudiera resolver, al igual que Ian Jenssen no quería problemas. Así que todo quedó en una simple mala experiencia, aunque para Camila se había perdido mucho más, pero sabía que lo mejor era olvidarlo, había perdido la oportunidad de estar con una de las mujeres más hermosas que había conocido, y ya ni siquiera era bueno lamentarse.

Su mañana fue bastante tranquila, solo leyendo correos, los cuales la mayoría era sobre condolencias de subordinados y algunos otros sobre informes en las líneas de producción.

Lo más interesante había sido una llamada de su padre, citandola a una reunión urgente junto a los otros accionistas, una pequeña sonrisa adorno su rostro, presentía que hablaba de la herencia del patriarca Campbell, la realidad es que ella pensaba esperar unos días, antes de comenzar a presionar a su padre con la lectura de la misma.

Espero con ansias a qué se marcará la hora que su padre había dado para reunirse en la sala de juntas de Presidencia, hasta que el reloj marco la hora acordada. Camino tomando su móvil, tomo su saco negro el cual coloco por encima del vestido de maga corta del mismo color, y camino con paso seguro hacia la sala. Por las paredes transparentes pudo notar que su tía Amelia, su esposo y Matthew ya estaban presentes. Por los lentes negros que aún usaba su tía, podía deducir que aún tenía los ojos hinchados de tanto llorar. Reviró los ojos.

Entro sin pedir permiso y solo lanzo un buenos días, antes de colocarse al lado de Oliver, quien ya estaba presente al igual que su padre, este le dió una mirada de reproche ante su falta de educación en su saludo.

Su padre se puso de pie en cuanto ella había tomado su lugar, podía notarlo abatido, incluso por la forma en que respiraba podía notar que estaba furioso. Un mal presentimiento se instaló en ella, algo no andaba bien, obviando la perdida reciente de su abuelo. Todos parecían desconcertados, la tía Amelia, Matthew, incluso el tío George daba una sensación de nerviosismo.

Pero Camila se mentalizo en pensar que podría ser lo peor que podría pasar en ese momento: que Matthew fuese el nuevo CEO, era una posibilidad, pero sin duda podría remediarse. Que su abuelo estuviera en la quiebra y la herencia no fueran más que bonitas palabras. Eso probablemente sería lo peor, fácilmente podría tirarse desde la azotea al asfalto si eso sucediera, pero siendo honesta, probablemente su padre ya lo hubiese hecho si esa fuese la noticia que les darían, así que nada podía ser tan malo.

COMPETENCIA PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora