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"No puedo creer que me estés haciendo esto, Matthew no es un Campbell y le estás dando a BellMot en bandeja de plata"

"Eras mi orgullo y ahora mi total decepción"

"No voy a tener una hija lesbiana, en lo que a mí respecta estás muerta"

"No te quiero volver a ver"

"Si tu abuelo los viera se volvería a morir; su nieto mayor es un bastardo, tu, una asquerosa lesbiana y Oliver un bueno para nada"

"Ninguno merece el apellido Campbell"

"Ahora entiendo todo, Nolan era mucho para ti"

Fueron algunas de las frases llenas de hiel, pronunciadas por su padre hacia su persona, y siendo honesta no sabía cuál le había dolido más. Ya había pasado más de una semana desde que había confesado a su padre su preferencia sexual, además de la renuncia a la empresa, y aunque solo le había dado vagos motivos, lo que se llevó toda la atención fue el hecho de que era lesbiana, así que con eso fue suficiente para que no la quisiera ver en su vida.

El hombre había exigido que le cediera la colección de automóviles de su abuelo, pero Camila no era tonta, jamás se desearía de ella y menos a cambio de nada. Por otro lado había decidido venderle a su padre la parte de acciones de BellMot que su abuelo le había heredado en vida, si su padre creería que no era una digna Campbell entonces no había nada que hacer dentro de la empresa, y no le desagradaba recibir varios millones más a su cuenta.

El museo del automóvil seguía en pie, y aunque ahora necesitaba de un fuerte inversionista, tenía todo el tiempo del mundo para buscarlo. Salió de sus pensamientos cuando su vuelo fue llamado y procedió a abordar.

***

Londres, UK.

La ojiverde suspiró con desgano cuando por cuarta vez consecutiva Camila no respondía sus llamadas, no quería parecer paranoica y menos controladora pero le preocupaba lo distante que estaba la castaña. Habían intercambiar mensajes desde la semana anterior que Lauren había llegado a Londres, pero cada día se hacían más insípidos y poco comunicativos, y aunque quería hablarlo con la ojimarron, no podía hacerlo si no le respondía las llamadas. Lauren no quería ser ave de mal agüero, pero si estaban ahora así que iban comenzando una relación, que sería después que las cosas avanzarán.

Y aunque ninguna de las dos había formalizado o puesto nombre a lo que tenían, lo cierto es que Lauren se sentía más comprometida como nunca lo había estado antes con cualquiera de sus ex parejas, pero sentir esa distancia con Camila la estaba desanimando, y no solo hablaba de la distancia física si no de la emocional que parecía poner la ojimarron entre ellas.

Solo salió de sus pensamientos cuando su conmutador anunciando desde recepción la llegada de su más reciente y primer cliente. El cual era un joven artista que quería expandir su negocio de cuadros personalizados a toda Europa, por lo tanto estaba recibiendo asesoramiento de la ojiverde de las políticas de exportación así como de impuestos, embalaje y logística.

El joven aparentaba su edad y no parecía querer esconder su interés por la hermosa mujer, por más que Lauren se mostraba totalmente profesional a su lado.

Después de un saludo cortes la ojiverde comenzó a mostrar un catálogo de empaquetado de una empresa con la cual mantenían un convenio.

-"En realidad no sé cuál elegir" Dijo el pelirrojo tomando su barbilla, acariciando su bello facial. -"¿Pero porque no vamos a cenar esta noche, hermosa? Apuesto que así podemos hablar con más calma" Murmuró él hombre con algo de esperanza, pero Lauren nego de inmediato.

COMPETENCIA PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora