chapter five

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La fiesta resultó ser todo un desastre. Giselle no abandonó en ningún momento a su madre, mientras que escuchaban el escándalo provocado en el salón.

Phillips expulsó a cada uno de los invitados totalmente exaltado a causa de la droga, y se metió en su oficina durante toda la noche, sin aparecerse en la habitación. Giselle lo agradecía, no iba a permitir que se acercara a su madre.

Pero hoy era el esperado día. Primero de septiembre, debía comenzar su viaje en dirección a Hogwarts para terminar su último año.

Estaba aterrada. No quería dejar a Wendy junto al abusivo de su padre, temía encontrarse con lo peor cuando volviese a la mansión.

Aunque no había opciones, debía hacerlo y solo le quedaba rogar por el cuidado de Wendy.

Giselle se despertó toda desorientada. Sus ojos entrecerrados recorrieron toda la habitación donde se encontraba, y luego se dio cuenta de que se había dormido junto a su madre.

Miró a su lado izquierdo, y lo primero que se cruzó frente a ella fue la espalda de la mayor. Estaba sentada en el borde de la cama, analizando las marcas que le habían dejado las cadenas.

Tenía toda la zona enrojecida, y un pequeño corte con sangre ya seca.

Le habían hecho daño, y eso era casi igual como hacerle daño a Giselle. Le partía el alma verla sufrir por un hombre con aires de superioridad.

—Mamá. —murmuró, impulsándose con sus brazos para sentarse junto a ella.

—Buenos días, cariño. —sonrió, dejando de lado sus acciones— ¿Cómo estás?

—Lo único que me importa ahora eres tú. ¿Cómo te sientes?

Suspiró, bajando la mirada. —Sabes que siempre estoy bien, no tienes que-

—¿No tengo que preocuparme? —frunció el ceño— Te mantuvo como una prisionera, y aún estarías encadenada si yo no hubiese llegado.

—¿Por qué estabas llorando anoche?

Siempre cambiando de tema cuando algo le incomodaba.

—No era nada, ya sabes... es solo que me molestan las actitudes de mi padre estando drogado. —soltó una risa carente de gracia— Bueno, cuando no lo está también.

—¿Segura de que es solo eso? ¿Hay algo más que debas decirme?

—No. —se puso de pie— Iré a darme una ducha para cambiarme y preparar mis cosas.

Caminó hasta la puerta, deteniéndose en el marco de ésta antes de soltar su última pregunta.

—¿Quién va a llevarme hasta la estación?

FORBIDDEN | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora