chapter nineteen

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El llanto de la chica suavizó, pero los pequeños espasmos por todo su cuerpo parecían no querer abandonarla; como si disfrutaran del sufrimiento en su corazón cada vez más apretado.

Todo es culpa tuya.

Giselle lo provocó, ella lo alejó por querer salvarlo. ¿Pero quién iba a salvarla?

Nadie.

Sus ojos se mantuvieron cerrados con fuerza escuchando los sollozos de Draco tras la puerta, apoyado en ésta luego de haber destruido todo lo que estuvo a su alcance.

Estaban separados solo por un trozo de madera, tenían la posibilidad de abrir y abrazarse hasta que la tormenta sobre ellos se diera por finalizada.

Ninguno lo haría; Draco, por más que muriera por protegerla entre sus brazos, respetaría su decisión.

Mas no iba a rendirse tan fácilmente.

Limpió cualquier rastro de lágrimas en sus mejillas, frotó sus ojos y se puso de pie para recorrer el pasillo, sosteniéndose de las paredes porque creía que iba a desvanecerse en cualquier momento.

Llegó a la habitación donde estaba su madre, y empujó la puerta lentamente para que no la escuchara.

Wendy dormía en paz, podía verse la tranquilidad en su rostro luego de tanto tiempo, y eso le hizo feliz.

Verla fue lo único que le hizo sonreír aunque sea por unos cortos segundos, porque lo que ocurrió minutos atrás no iba a desaparecer de su cabeza nunca. Al igual que la culpa.

No olvidaría el rostro de desilusión de Draco, como su brillo tan característico en los ojos se perdía y era reemplazado por lágrimas. Su pulso descontrolado que podía escucharse a metros y el temblor de manos.

Le había hecho daño, rompió a la persona que amaba.

Giselle esperaba que pudiese perdonarla alguna vez, que entendiese que lo hacía solo por él. Draco no merecía entrar al infierno con ella y buscar su propia muerte.

Él debía seguir buscando su felicidad, no buscar la de alguien más.

Entonces se quedó allí a un lado de su madre todo el tiempo que vio necesario, apenas tocando su mano que descansaba a milímetros de su rostro sobre la almohada. La miró entre la cristalización de sus ojos, y evitó sollozar.

Le dolía dejar a su madre, el miedo le recorría toda la espalda; no quería que algo malo le pasara mientras estaba en Hogwarts.

Hogwarts... lugar que al principio fue su hogar, y que ahora lo odiaba. Cada persona que conoció y se volvió cercana, estaba lejos de ella.

FORBIDDEN | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora