chapter twenty

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ADVERTENCIA: Humillación pública, bodyshaming.

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Aquel día estuvo en completa soledad, rodeada por las cuatro paredes de su habitación que negaban el acceso a cualquier ruido del exterior gracias a un hechizo especial.

No tenía ánimos de hablar ni de ver a nadie, aunque sabía que mañana tendría que dar la cara, y probablemente dar explicaciones por su ausencia durante todo un fin de semana.

Si es que alguien realmente lo había notado.

Porque todos parecían ignorarla, o sólo actuaban como si Giselle no existiera.

Lloró sobre la cama, empapando el centro de su almohada con las lágrimas saladas que desprendían sus bonitos ojos sin ese brillo particular en ella.

Sentía arrepentimiento por haberle pedido a Draco que se alejara, porque sabía que sin él probablemente nada podía salir bien; era su único apoyo, y ahora nadie más se lo daría.

Ni siquiera Albus, quién aún no era capaz de acercarse y hablar sobre lo sucedido hace semanas.

Le debía una explicación, como también él le debía una disculpa por haberse molestado sin saber las verdaderas razones. Aunque no lo juzgaba, creía que cualquier persona podía indignarse ante cierta traición.

Traición.

Odiaba esa palabra, pero es lo que había hecho. Lo traicionó.

Ese mismo día, para su mala suerte, se vio en la obligación de bajar a cenar con el resto de estudiantes. Se vistió con su túnica, colocándose la capucha de ésta misma y salió.

Se quedó en el pasillo exterior a las habitaciones de chicas, esperando a que todas las que estuvieran allí, avanzaran primero para que no la vieran.

Más de una la notó, y le susurró a su acompañante que la chica Chevalier dio señales de vida.

Quiso reírse en su cara por las palabras que había utilizado, además de que así se dio cuenta de que sí preguntaron por ella. ¿Quizás sentía un mínimo de esperanza? ¿Alguien de verdad se preocupaba por su bienestar?

Nunca lo sabría.

Bajó escalón por escalón, tratando de no tropezar con sus propios pies. Seguía sintiéndose un poco débil, y tenía sentido; pasó todo el día en su habitación sin ingerir ningún alimento, ni siquiera agua.

Albus seguramente la habría regañado, y traería un plato lleno de bocadillos para ayudarla.

Le dio nostalgia, y eso le hizo extrañarlo.

FORBIDDEN | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora