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ADVERTENCIA: Contenido explícito, humillación sexual.
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Seis de la mañana con quince minutos había sonado el despertador, tal como lo había hecho aquella vez que Giselle se quedó dormida junto a Draco. Pero esta vez había algo diferente, y era que no tenía intenciones de separarse.
Luego del baño de tina que se dieron juntos la noche anterior, Draco secó todo el cuerpo de Giselle, comprendiendo que ella no podría hacerlo por cuenta propia.
La tomó en brazos devuelta a la cama y la arropó con las sábanas, olvidando el hecho de que estaba desnuda. Aunque a ninguno le incomodaba, les parecía que era mucho mejor sentir sus pieles al natural, sin barreras.
Draco no la soltó en toda la noche. Sus brazos se mantuvieron envolviéndole la cintura, con el propósito de darle un tirón hacia su pecho cada vez que se alejaba inconscientemente. No quería sentirla lejos, ella era como su lugar seguro, y se hiperventilaba cada vez que no estaba cerca.
A Giselle le pasaba algo parecido. En Draco encontró todo el amor que nunca pudo recibir, sabía que él la cuidaría como el tesoro más preciado. No iba a dejar que nadie se lo robara, porque si ese día llegaba, el mundo se iba a volver el mismísimo infierno.
Ambos estaban mejor juntos, pero ninguno sabía si la situación sería para siempre.
A eso de las seis con veinte minutos, el platinado gruñó a sus espaldas. Estiró sus extremidades hacia adelante, y dejó caer sus brazos sobre la chica luego de que un par de huesos crujieran.
La vio dormir plácidamente. De esa posición podía admirar su perfil, la nariz semi-respingada con pequeñas pecas ocupando lugar. Sus pestañas chocaban en dirección a los pómulos rojizos por el ambiente tan cálido, y su respiración era serena.
Una maldita obra de arte, pensó. Para él era la mujer más hermosa que pudo haber encontrado, se había ganado la puta lotería.
—Bonjour, petite. [Buenos días, pequeña.] —susurró, brindando caricias a su brazo descubierto.
Giselle frunció el ceño, molesta por la persona que se atrevió a interrumpir su sueño. Pero cuando escuchó esa risa tan característica y ronca, pareció ser que todos sus demonios se esfumaron.
Recibió gustosa el beso en la frente, y se giró para descansar su cabeza en el pecho robusto de Draco, tocando con sus manos la espalda ancha y decorada con lunares pequeños.
—Buenos días... —gimió con cansancio— ¿Acabas de despertar?
Asintió. —Mhm.
—¿Y qué razón había para despertarme?
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FORBIDDEN | Draco Malfoy
أدب الهواةㅤ❪ 𝗙𝗢𝗥𝗕𝗜𝗗𝗗𝗘𝗡. ㅤ𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒑𝒂𝒊𝒏, h0neymalfoy.❜❜ Ambos eran conscientes de que estaba mal, de que no podían estar juntos por ser completamente diferentes; pero dicen que lo prohibido es más interesante y tentador. ━Lo prohibido es tentador...