chapter two

16.9K 1.2K 1.7K
                                    

────────────────────────────

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

────────────────────────────

.

Giselle sintió los colores subir a su rostro, y soltó delicadamente la mano de Draco para entrelazarla con la suya en su espalda. Así solo demostraba su nerviosismo, algo que cautivó al plateado y aumentó su deseo.

—Supongo que recuerdas a Zabini y a Nott. —su padre la abrazó, Giselle formó una mueca.

—Claro que sí, solían venir casi todos los fines de semana a beber y jugar billar.

—Oh, aún recuerdo cuando tenías siete años. —Zabini rió— Te ayudabamos a dar el golpe con el palo, y al final resultó que nos destruíste a todos.

—Tendrían que verme jugar ahora, mejoré bastante desde la última vez.

Sintió los dedos de su padre enterrarse en sus hombros con fuerza. Entendía esa señal perfectamente, le estaba pidiendo que dejara de ser el centro de atención donde no le correspondía.

—Bueno, cariño, si quieres puedes ir al jardín a leer uno de tus libros o... lo que sea. —le dio un suave empujón.

—Está bien. —suspiró— Un gusto volver a verlos, si me disculpan, voy a retirarme.

—Adelante.

La chica metió un mechón de cabello mientras le daba una última mirada a Draco, quién había mantenido silencio sin despegar los ojos de Giselle. En su cabello húmedo aún con apariencia sedosa, sus labios regordetes con pequeñas grietas al estar secos.

Esas grietas podrían desaparecer si tan solo unieran sus labios en un beso caliente, pensó.

Ignoró la nueva charla entre ellos cuando Giselle les dio la espalda y se fue alejando. Se divirtió viendo sus largas piernas, y su trasero oculto bajo la tela del vestido.

Vestido que arrancaría de un solo tirón, dejándola en ropa interior para él, permitiéndose disfrutar de su piel de porcelana. Tan exquisita.

Giselle sintió su mirada, y quedó casi congelada cuando su voz ronca y profunda abarcó toda su mente.

Después podríamos ir a jugar billar, para ver si realmente mejoraste como tú dices.

Sus manos sudaron de los nervios que estaba sintiendo. Era la primera vez que una persona se comunicaba con ella de esa manera, y si se trataba de Draco, era peor.

Aún así, giró su cabeza hacia él para asentir ante sus palabras. Estaba dispuesta a enfrentarlo, solo sería un juego.

Entonces, abandonó el lugar y entró por una de las puertas dobles en un pasillo del primer piso. Era su sitio preferido para recostarse a un lado de la chimenea, sosteniendo un libro y bebiendo una taza de té.

FORBIDDEN | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora