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Las cosas se habían ido rotundamente a la mierda. ¿Que pasaría ahora?. Madara tenía que acabar con este engaño pronto. Itachi, no diría nada, pero tampoco le hacía muy feliz guardar ese secreto a su primo. Él sabía que las cosas con Mei, conforme el paso del tiempo se fueron a la mierda. Pero eso no era justificación para lo que había echo Madara. 4 años engañado a ambas mujeres, sin contar que Tayuya también sufriría por esto.
. . .

—¿Enserio tienes que irte? Mada...

Su semblante estaba caído, pues tuve que decir le que me iría antes de media noche, pues había olvidado que tenía que entregar unos proyectos a primera hora.

Todo era otra maldita mentira, lo cierto es que no me sentía cómodo después de esa charla con Itachi en casa de Konan. Apesar de que Itachi me había dicho que no contaría nada, no podía dejar de pensar y en qué pasaría y aria ahora. Yo me había metido en esto y había armado todo esto. Yo era el responsable y tenía que atener me a las consecuencias.

—Lo siento preciosa.—la abrace y ella a mi—.

No sabía que era está sensación. Era culpa!... Que más?.
Aunque si, sentí algo más... No quería soltar la, quería quedar en a su lado. Era un miedo que me comía por dentro.
Pero tenía que ir a California, debía poner fin a esto, antes de que todo se fuera a la mierda.

—espero y termines pronto... Yo, estaré aquí.

Limpio una diminuta lágrima que corrió por su mejilla y trato de forzar una sonrisa. Acaricié su mejilla y bese su frente.

—Volveré pronto... te llamaré y escribiré todos los días, te amo...

Bese sus labios, su boca se aferraba a la mi, como temiendo separarnos. Me abrazo y recostó su cabeza en mi pecho.
La aleje con delicadeza de mi. Pues mientras más pronto mejor.
Tome mi maleta y subí a mi auto, ella me dijo adiós con su mano y arranque viendo su figura por el espejo del auto.
Ninguna otra despedida se me había echo tan dolorosa como está, era como si esta estuviera marcará algo...

Conduje, y tarde solo 10 horas en llegar a California.
A llegar eran las siete de la mañana. Deje mi maletín y quite mi saco, durante todo el transcurso aquí no deje de dar vuelta al mismo asunto.

—Creí que no llegarías...

Escuché a mi espalda.
Era Tayuya quién estaba de pie al final del pasillo. Y en sus manos traía un sobre amarillo.

—¿Que haces en pijama?, No se supone que tienes escuela, a las ocho.

—Si... Así era.
Pero no pienso ir. —Se dejó caer en el sofá—.

—¿de que hablas? Tu madre sabe de esto.

—no... Ella no está aún no regresa de casa de los abuelos. Y créeme que eso es lo que más te conviene ahora.

Dijo no entendí a qué se refería, su mirada seguía sobre mi, estaba más rara que de costumbre.

—no te entiendo...

Dije y me di media vuelta, pues no estaba de humor. Quería tomar una ducha y después auna siesta estába muy estresado por el tema que rondaba una y otra ves mi cabeza.

🔥¡Rosa Pasión!🔥 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora