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Había una toalla sobre mis hombros, una taza de té humeando en mi mano... Sasori a mi lado observándome, pero yo no me encontraba ahí...

¿Enserio se había ido, dejando me así?

Sin explicación alguna, decidiendo por mi vida ... Aún seguía sin creer lo que me había dicho.

¿Por qué me dejaba... Por qué se había ido así, enserio creía que merecía lago mejor... O es que acaso había otra mujer?.

¿Y, el futuro juntos... Del que tanto me había hablado?.

Cómo sea... Ese nunca existió ni así, sería.

——¿Ya te encuentras mejor? Sakura.

Era obvio que Sasori no se sentía muy como y no lo culpaba.
Él había llegado con un par de toperes con comida que la señora Chiyo tan amablemente había enviado para mí.
Más sin embargo había sido testigo de esa gran humillación, hacia mi.

——Sí... Gracias por todo Sasori.

Él me ofreció un pañuelo y con el limpie las lágrimas de mis ojos y lo que escurría de mi nariz.

——¿ ese... Él de aquel auto. Era Madara?

——Sí... Era él.

Respondí y bebí el líquido caliente de la taza.

—— Perdón por meterme, pero... ¿paso algo grave, entre ambos?.—lo observé y las lágrimas se formaron en mis ojos una vez mas—.

—— No... Solo paso lo que tenía que pasar.—solo me límite a responder, pues será obvio que el no era tonto y interpretaría todo—.

—— lo siento mucho... —se puso de pie y tomo su abrigo—.

——¿Te vas?

——Si... ¿Creí que, querrías estar sola?

Deje la taza y quite la toalla de mis hombros, me puse de pie y camine hasta el, pose mi mano sobre la de él y lo mire a la cara.

——por favor!.
No me dejes sola...

Sin siquiera, saber por qué... Lo envolví en mis brazos.
Mojando con lo húmedo de mi ropa la de él, pero él no hizo por alejarme.
Al contrario, sus brazos se envolvieron a mi espalda y su mano acaricio delicadamente mi cabeza. En un toque tierno que me transmitió paz.

—— me quedaré por unos minutos más...

Y así lo hizo, me preparo la bañera y espero en la sala cortésmente mientras me demoraba en ella. Pensando una y otra vez en él.

Cuando me vestí salí a la sala y el se encontraba en la cocina, recalentado la comida que su abuela había enviado para mí.
Me sirvió el delicioso espagueti con albóndigas, pero antes me entrego las vitaminas que el doctor me había recetado con un vaso de agua. Las tomé y después proseguí a comer.

No se que era lo que sentía... Me sentía tan agradecida con él por no dejarme, por mantenerse a mi lado.

Eran casi las tres de la mañana cuando partió a su casa, fui a mi habitación y camine hasta el clóset, ahí mire colgado ese abrigo con el que había dormidos abrazada tantas veces, ese con el que me había arropado la noche de nuestra primera  cita, ese día en el que me pidió una oportunidad y yo acepte.

Acepte... Pues me gustaba, y seguía sin poder creer que el sintiera lo mismo por mi. Me sentí tan afortunada en ese momento... Todo había sido demasiado bueno, para durar.

Cuando me di cuenta ya estaba llorando de nuevo. Si así, serían las cosas tenía que entender lo... Limpie mis lágrimas y arroje el abrigo al otro lado de la habitación. Me metí a la cama y cerré los ojos lentamente.

🔥¡Rosa Pasión!🔥 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora