LO INESPERADO
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SENTIRSE DE SEMEJANTE FORMA SE LE HABÍA HECHO TAN HABITUAL, que ya ni lo calificaba como extraño. Y, aunque Ivory estuviera preocupada por la angustia que le carcomía el pecho desde que se levantaba hasta que se iba a dormir e incluso la perseguía en sus sueños, comenzaba a acostumbrarse.El Sol de Phoenix no eran tan acogedor como el de Francia, pero aún así, el clima era mejor que en su pueblito de mal augurio y aquello mejoró un poco su estado de ánimo. Nunca había estado en el sur, había hecho algunas visitas muy breves pero eso era todo. No había nada que le llamara la atención, de todas formas. Y sinceramente no disfrutaba de la parte social de los viajes que hacía con las porristas; le gustaba más la competencia. Solía sentirse tan sola que a veces terminaba compartiendo la habitación de hotel con la entrenadora y quién fuese la madre que las acompañara a las competencias.
Durante el par de días libres que se tomó de ir a clases previo al fin de semana del viaje, tuvo tiempo de pensar en muchas cosas. Aunque aún así su mente divagaba por lugares que no quería, tales como el hecho de que Jasper ya ni siquiera la saludaba cuando se sentaban juntos en física. Había decidido ignorar aquello y fingir que no le molestaba. Al final del día, si comenzaba a mentirse a sí misma terminaría creyéndolo de una forma u otra. Pero su subconsciente parecía tener otros planes para ella, pues a menudo deslizaba su imagen en alguno que otro de sus sueños.
Era algo extraño. Jamás podía recordar qué soñaba; sabía cuándo tenía pesadillas –algo que era muy a menudo, de hecho–. Sabía cuando soñaba con su difunta madre o cuándo tenía sueños bonitos, pero no podía recordar qué era lo que soñaba. Y aunque una vez Ángela le comentó que quizá debería ir a analizar aquello con alguien profesional, ella le restó importancia. No tenía tiempo, era más feliz viviendo en la ignorancia y no pensando en el hecho de que su salud mental no era la mejor. Estaba casi segura de que sus sueños eran cómo películas de todas sus frustraciones y problemas no resueltos. Pero aquello estaba tan enterrado que no quería meterse allí.
Era más probable que los pingüinos aprendieran a volar a que Ivory Dean admitiera que tenía miedos.
Lo cierto es que parecía empeorar con el paso de los años. A veces se levantaba aterrada y demasiado angustiada, tanto que le era difícil salir de la cama y hacer su vida normal. La noche previa al viaje, por ejemplo, supo que había tenido una pesadilla cuando se despertó temprano, sin necesidad de su alarma y cubierta en una fina capa de sudor. Sintió un nudo en la garganta y una inmensa angustia, y que aquella extraña sensación la acompañó por el resto del día.
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miss americana ⚘ jasper hale
Fiksi PenggemarIvy Dean siempre ha sido una princesa con todas las letras y todo el significado de la palabra. Sin embargo tras la llegada de Isabella Swan al recíproco pueblito de Forks, la brillante reina de la secundaria parece ser la única que nota que suceden...