10. Meeting

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La morena se paró enfrente de un de las puertas y comprobó el número. 304. Golpeó dos veces sobre la madera y abrió la puerta. Dentro, una mesa redonda rodeada de sillas reinaba en el centro y al fondo de la habitación una ventana que cubría prácticamente toda la pared tapada con una cortina para evitar curiosos. Charles presidía la mesa con la ventana a sus espaldas y a su alrededor varios hombres vestidos de negro la miraban. 

-Ah eres tú- dijo Charles- Esta vez has sido un poco más puntual. 

-Pues hubiera venido incluso antes, la verdad, pero hay que aprovechar y engatusar a esos ricachones- admitió Cher acercándose a unos sillones que decoraban la pared al lado de la puerta. 

Un Thomas dolorido entró en la sala apoyándose sobre el marco de la puerta. Pasó una mirada por todo el lugar y cerró la puerta detrás. 

-Se puede saber que has hecho- dijo Charles viendo a su hijo agarrarse uno de sus costados- Ya te he dicho que jugar con putas acaba mal siempre. 

-Si, ha sido una puta muy cabrona- dijo observando a Cher por el rabillo del ojo mientras ella sonreía acomodándose mejor en su vestido rojo. 

-Bien, continuando con el tema en el que estábamos, si Colson no se interpone, esto nos devolverá al auge económico en el que estábamos hace dos meses, así que espero sigilo señores. El que abra la boca indebidamente ya se imagina que pasara- informó Charles apoyando sus brazos sobre la mesa.

-Y de que se supone que no tengo que abrir la boca- preguntó Cher. 

-Hemos estado buscando una solución para recuperar las ganancias perdidas por los últimos incidentes y hemos decido negociar con un nuevo comercio.

-Made in China- interrumpió Charles al hombre de cabellera rubia que informaba y acomodando sus piernas sobre la mesa. 

-Es con Japón, imbécil- dijo una voz femenina.

-¿Y qué más da? Son iguales- dijo Charles en su defensa. 

Marilyn, la mujer de la partida de póker, resopló desde un extremo de la ventana. 

-Prosigo- dijo el rubio- Japón esta en la cima actualmente del comercio ilegal y hacer negocio con ellos nos recuperará.

-Consideráis que estáis en crisis cuando mi padre sigue trayendo a casa 10.000 dólares a la semana- contestó Cher.

-Comparado con lo que cobrábamos hace cinco años si- respondió Charles.

-El señor Bukowski tenía la idea desde hace ya bastante tiempo, pero tenía miedo de ponerla en marcha y que pudiera hundirnos en vez de aumentar nuestros beneficios, siempre esta la gran posibilidad de que nos timen- siguió informando otro de los hombres que allí estaban- Por ello llevábamos ya unos meses investigando sobre la gran mafia japonesa que corona el país en el tema del comercio de armas. 

-¿Armas? Pensaba que preferíais las drogas- dijo la morena sorprendida por el cambio.

-La drogas son más vendidas gracias a los jóvenes que las compran, pero a los de Colson parece que les gusta también ese mercado y no son de jugar limpio como ya habrás visto. 

-Acaso este mundo tiene algo de juego limpio- dijo Marilyn alejándose de la ventana.

-Cambiar de producto es darle la victoria a Colson- dijo Cher- Deberíamos plantarles cara de una vez.

-Si les plantaramos cara perderíamos a muchos hombres y no estamos para eso- respondió el rubio de nuevo. 

-Joder, que pacíficos estáis últimamente- intervino por primera vez Thomas que parecía algo más recuperado.

Sorry, I'm badDonde viven las historias. Descúbrelo ahora