Caminó durante un tiempo que no podía definir, no se molestó en mirar el reloj en ningún momento. La lluvia empezó a empaparla y se cubrió lo que pudo con su capucha. No solía llevar paraguas, pero tampoco era una chica que odiara la lluvia, al contrario, a veces le gustaba. La poca gente que había en las calles corría en un esfuerzo de ganar a las gotas de agua o intentaba abrir con torpeza un paraguas. Cher seguía caminando como si nada hubiera cambiado y se sumió en los recuerdos que le provocaba sentir el agua caer sobre ella.
Era sorprendente que hubiera alguien parado bajo la lluvia y volvió al mundo real por unos momentos. Un chico estaba apoyado sobre un coche protegiéndose de la lluvia de la misma manera que ella, una simple capucha. Se paró y se le quedó mirando durante unos segundo, le resultaba familiar. En cuanto el chico notó su mirada giró la cabeza en su dirección y desveló su rostro: Dylan.
-Hey- saludó Cher.
Dylan se petrificó por un momento sorprendido por su presencia.
-Hey- respondió.
-¿Qué haces aquí?
-Podría hacerte la misma pregunta.
-Yo estoy andando, tú estas ahí quieto- aclaró ella intentando dar prioridad a su pregunta.
-Estoy...esperando- dijo echando una mirada a su alrededor.
-Y ¿a quién esperas?- continuó.
-Para ser una chica que odia que urgen en su vida te gusta cotillear- rió Dylan.
-No me gusta cotillear, no lo hice cuando me dijiste que venías de Minnesota- se defendió.
-¿Y hoy qué? ¿Estás aburrida?
-Si, supongo que sí.
El silencio los invadió y con él el estado de incomodidad.
-Si que tienes que estar aburrida para pasar el rato sin estar obligada con un amigo de Carlota.
La chica no respondió, solo puso los ojos en blanco y desvió su mirada a un punto aleatorio.
-¿A dónde ibas?- preguntó intentando apartar el incómodo silencio.
-Tú lo has dicho, no me gusta que urgen en mi vida- dijo devolviéndole la mirada.
-Ah si, claro- volvió a mirar a su alrededor sin encontrar nada en concreto.
Los ojos de Cher hicieron lo mismo intentando evitar mirarle y se fijó en el coche en el que se apoyaba. Era un BMW naranja de estilo deportivo, su precio no alcanzaría el de su coche, pero no era barato.
-¿Es tuyo?
Asintió.
-No está mal para ser un buenecito- dijo moviéndose para observar mejor el vehículo.
Soltó una sonrisa mientras observaba como Cher analizaba su coche.
-Supongo que no me dejarás dar una vuelta- se atrevió a decir la morena.
-No- respondió sin quitar aquella sonrisa de su cara.
-¡Dylan!- Un hombre de larga barba castaña lo llamaba a unos metros de distancia.
-Me tengo que ir- dijo acercándose al hombre.
-Claro.
El chico se alejó junto aquel hombre desapareciendo en la oscuridad de la noche y el agua de la lluvia.
-Tenía que tener buen gusto el cabrón- bufó echándole una última mirada al coche para irse por donde había venido.
De nuevo en la puerta de su casa, miró su reloj para comprobar cuanto tiempo llevaba fuera, casi una hora, con suerte su padre ya estaría durmiendo la mona. Efectivamente, al entrar al salón, su padre roncaba en el sofá mientras uno de los mayordomos recogía trozos de cristal del suelo.
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Sorry, I'm bad
Teen FictionEn la mayoría de historias se habla de la típica chica tímida, dulce y solitaria. Marginada por los demás por pura envidia. Ponemos a las chicas populares como personas con la vida solucionada, sin ningún problema al que enfrentarse. Pero yo creo qu...