6. Late, darling

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-¿Cher? 

El coche se frenó en seco y buscó con la mirada de donde provenía el grito.

-¿Hola?

-Un momento, tengo que colgar.

La joven hizo lo que había dicho y abrió la puerta de su coche. Dio la vuelta al automóvil por delante del capo y se dirigió al lugar donde creía que había oído gritar a una niña. 

-¡Eh! ¡Niñata! ¿¡Que c****** haces?! ¡Mueve tu p*** coche!

Al pararlo prácticamente en medio de la carretera un segundo coche había tenido que frenar detrás de ella y el hombre que iba dentro no parecía muy contento. 

Cher se giró hacía el conductor y, como siempre, no se calló la boca.

-Y si coges tu p*** coche y haces el esfuerzo de rodear el mio, inútil.

El hombre se metió de nuevo en su coche, sin ganas de pelear, e hizo caso a la rebelde. Esta se giró dispuesta a seguir su camino cuando oyó un golpe seco. Volvió a girar sobre sus talones y observó como el hombre acababa de golpear su coche contra el suyo, haciéndole más daño al de ella que al suyo propio. Cher no abrió la boca, no gritó, hizo esfuerzos para contenerse, pues sabía que no le serviría de nada y lo dejó marchar mientras escuchaba sus risas. Memorizó la matrícula de coche en unos segundos y continuó su camino.

Buscó entre las casas y edificios del lugar. Nada. Cuando llegó a un callejón sin salida se planteo volver al coche, pero de repente un breve quejido se oyó cerca. Volvió a barrer el lugar con la mirada topándose con una puerta de color grisáceo ya algo oxidada. Se acercó a la puerta y pegó el oído. Unos gemidos desesperados se oyeron al otro lado y Cher no lo dudó. Aporreó la puerta con ganas. Tras unos segundos sin que le abrieran volvió a aporrear la puerta y consiguió su propósito. Un hombre de menos de treinta años le observó amenazante.

-¿Que quieres?- dijo.

-¿Que c***** esta pasando ahí dentro?- exigió Cher.

-Y a ti que te interesa.

-Patrik, ¿Quién es?- preguntó un segundo chico de más o menos la misma edad más al fondo del lugar.

La adolescente aprovechó que el tal Patrik se giró un poco para poder fijarse en la pequeña niña de pelo castaño claro amordazada.

-Un cria inútil-contestó Patrik.

-Un cría que es capaz de haceros desaparecer si no soltáis a la niña- amenazó en su defensa la morena.

-¿A sí? Y que me va a hacer una niñata como tú- rio el secuestrador que le abrió la puerta.

La patada en sus partes no tardó en llegar y cuando la joven estaba a pocos segundos de propinarle otra en su estómago el segundo hombre la detuvo.

-¡Basta! La soltaremos.

-¡¿Que?!- exclamó al parecer un tercer hombre.

-Si tenemos que ocuparnos de esa, la policía se meterá y ya nos costó una vez librarnos de ella- le dijo intentando que Cher no escuchará nada, aunque entendió algunas palabras.

Soltó a la niña la cual corrió hacia el lugar de Cher, que se había quedado con la ganas de meterle un segundo golpe al hombre que aún se quejaba un poco de la patada. Patrik cerró de golpe la puerta dejándolas solas a las dos chicas. 

-Gracias- musitó la chica.

Cher la observó. Tenía el pelo alborotado y algunos rasguños por la piel, debía tener apenas 12 o 13 años. Se agachó un poco para intentar estar a su altura.

Sorry, I'm badDonde viven las historias. Descúbrelo ahora