Capítulo 8

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Enserio te amo

Aviso que este capítulo contiene escenas +18 así que si no lo quieren leer pueden saltarlo, aclarado esto podemos comenzar.

 ...

Un mes había pasado desde el baile de graduación; los jóvenes estudiantes se encontraban en su temporada vacacional, lo que significaba más tiempo libre. Los ensayos, que se habían frecuentado aún más, en casa de Lars eran cada vez más formales por lo que eran pocos los días que no se veían.

Los rayos del sol indicaban un nuevo día. El reloj marcaba las doce con treinta y cuatro del mediodía cuando James despertó abruptamente debido al sonido del teléfono, se levantó de la cama lo más rápido que su estado se lo permitió sintiendo de inmediato el fuerte dolor punzante en su rodilla que lo hizo caer de vuelta a la cama. Se había causado una lesión andando en patineta, no era nada grave, pero al ser reciente el dolor era muy intenso. Se incorporó nuevamente y caminó despacio hacía el teléfono que continuaba sonando. Múltiples insultos salieron de su boca con cada paso que daba; logró llegar hasta el pasillo con dificultad y contestó la llamada.

—¿Bueno? —habló con pereza esperando escuchar la voz del otro lado.

—Hola James, ¿tienes algo que hacer hoy? —al instante reconoció la voz de Dave. Una sonrisa inconsciente se dibujó en su rostro antes de formular alguna respuesta.

—No. Quizá vuelva a dormir, pero eso es todo —informó James dejando salir un bostezo, que no pasó desapercibido por Dave.

—Bien, nos vemos en veinte —dijo Dave.

Tan rápido como escuchó a Dave colgar se apresuró a llegar a su habitación, en cuanto cruzó la puerta el dolor hizo que sus piernas se doblaran haciéndolo caer de bruces al suelo, lo que provocó que el dolor aumentara.

—¡Mierda, mierda! ¡ay carajo, duele! —maldijo con desesperación pues el dolor se había agravado; llevó sus manos a su adolorida rodilla intentando calmarse, consiguiendo únicamente lo contrario.

Caminó dificultosamente hasta la cama y se recostó en ella, buscando un poco de descanso para su adolorida rodilla; en esos momentos no le importaban demasiado el desorden que había en la casa, ni siquiera la llegada de Mustaine, quizá lo último sí. Miró el reloj, este marcaba las doce cincuenta y seis lo que significaba la pronta llegada de Dave. Se levantó con cuidado y salió de su habitación.

James maldecía incesablemente mientras trataba de llegar hasta la sala sano y salvo; antes de llegar pudo escuchar el sonido de la puerta, soltó un quejido y fue a abrir.

Apenas giró la perilla estuvo a punto de caer nuevamente al suelo, Dave lo sostuvo antes de que eso sucediera.

—Viejo, ¿estás bien? —Dave lo miró a los ojos tratando de comprobar que James no estuviera bajo los efectos de alguna sustancia, corroborando de inmediato que no lo estaba, tampoco emanaba olor a alcohol.

—No, la rodilla me duele como la mierda —contó Hetfield mostrando una mueca de dolor. Dave notó la desesperación de James, debía dolerle demasiado para encontrarse en ese estado.

—Te ves del carajo. Ven, te llevo a tu habitación —Dave tomó a James de la cintura para que no se cayera, pero fue inútil, el rubio se retorcía del dolor— Ay carajo, no puedes ni caminar James, ¿Qué te pasó?

—Nada serio, me caí andando en patineta, ya sabes.

—Vaya mierda, ¿No pensarás que voy a cargarte o sí? —James lo miró con diversión haciendo que Dave frunciera el ceño.

—Dave, me duele demasiado, pero si quieres que empeore está bien —Mustaine lo miró mal. El idiota de James estaba chantajeándolo para no caminar hasta su habitación.

Promises ~Hetstaine~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora