Capítulo 27

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Especial 3/3

El día caía sobre las lluviosas calles de Los Ángeles. La habitación de hotel en que se encontraba James estaba hecha un desastre; el rubio buscaba su chaqueta sin mucho éxito, tenía que salir dentro de media hora y aun no estaba listo.

Lars miraba a su amigo desde la cama. El danés no tenía intención alguna de ayudarle a buscar sus cosas.

—Entonces esa chica sabe la dirección de nuestro hotel... —dijo Lars en un susurro— ¿No crees que eso es raro? —preguntó el danés, esta vez en voz alta para que James pudiera escucharlo.

—¿Ah? —James no se tomó la molestia de volver su mirada hacia su compañero pues estaba muy concentrado revolviendo las prendas en el interior del pequeño closet.

—Eso. ¿No te parece extraño que sepa la dirección de nuestro hotel? —el rubio paró por unos instantes. La pregunta de Lars tenía sentido, demasiado.

—Supongo, ¡¿qué carajos?! Claro que es extraño —James llevó su mano a su barbilla y comenzó a acariciarla tratando de imitar uno de esos gestos que hacían los personajes en películas de misterio.

—¿Qué mierda haces con las manos, James? —cuestionó Lars. El danés miraba a Hetfield con extrañeza e incomodidad.

—Nada enano —el rubio continuó con su búsqueda sin muchas ganas de hacerlo.

La habitación quedó en silencio únicamente por unos momentos puesto que al parecer Lars no podía mantenerse callado por mucho tiempo.

—¿Estás seguro de que es ella? —Lars tomó asiento en el borde de la cama y dirigió su mirada hacía el rubio— No creo que alguien pueda ser tan perseverante.

—Enano, ni siquiera recuerdo la apariencia de "Beth", o como sea que se llamé —una sonrisa desganada se dibujó en el rostro de James al encontrar la chamarra de mezclilla que había estado buscando por treinta minutos.

—Yo creo que está loca —Lars suspiró cansado. Desconocía los motivos de su estancia en la habitación de James, así como también desconocía sus motivos para estar despierto a esas horas de la mañana.

Los pensamientos del danés fueron interrumpidos por James quien se había dejado caer en la cama; su mirada curiosa examinó al rubio sin mucho pudor, no es como que algo en el cuerpo de James le interesara.

—Tengo sueño —pronunció James. Sus ojos se cerraban lentamente y su cansancio era estimulado por el relajante silencio. Al menos fue así hasta que sintió el gran peso encima de su estómago— ¡Mierda Lars! —se quejó casi sin aliento.

—Creo que la loca está esperándote afuera —bromeó el danés mientras se negaba rotundamente a moverse de su posición actual. Lars se había hecho espacio encima del rubio para recostarse en su estómago.

—No creo que esté tan loca. Ahora muévete o voy a tirarte —amenazó James. Lars no tuvo más opción que moverse.

James presentía que iba a ser una tarde larga, demasiado larga.

Luego de despedirse de su amigo, James salió de su habitación de hotel sin muchos ánimos de encontrarse con Beth. Lars tenía razón, daba miedo pensar en cómo había conseguido la dirección del lugar en que se hospedaban.

Caminó por los largos pasillos hasta llegar al ascensor, estaba agradecido de no tener que usar las escaleras para bajar. No tuvo que esperar más que unos segundos para que las puertas se deslizaran dándole acceso al reducido espacio. Sus dedos recorrieron suavemente todos los botones hasta llegar al número uno, perteneciente al piso al que deseaba bajar.

Promises ~Hetstaine~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora