Capítulo 23

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Sus ojos se abrieron lentamente tratando de acostumbrarse a la luz que emanaba la lámpara de la sala, su cuerpo le dolía a mas no poder gracias a la posición en que había estado durmiendo; James se paró de su asiento y caminó hasta la cocina, tenía un fuerte dolor de cabeza que aumentaba con cada paso que daba. Los murmullos provenientes del comedor llamaron su atención, si no se equivocaba, entre las dos voces que alcanzó a distinguir estaba la de una mujer. Lleno de intriga se encaminó al comedor, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a Cliff platicando animadamente con Jesse.

—Vaya James, pensé que no ibas a despertar nunca —bromeó Cliff, sacando una risita por parte de Jesse—. Ordenamos pizza por si quieres comer algo.

—Humm gracias. —la mirada curiosa de James seguía los movimientos de ambos jóvenes. No quería admitir que le daba curiosidad saber que estaba pasando entre ellos.

—Ay, pero que mal educada soy —Jesse se acercó a James y depositó un beso en su mejilla. La rubia acostumbraba saludarlo así cuando trabajaban juntos, se podría decir que James ya estaba acostumbrado—. Perdón por no saludarte.

—Oh... eso, no hay problema. —James le dedicó una sonrisa un tanto incómoda que le fue correspondida por Jesse.

Un silencio incómodo se formó en la habitación, ninguno sabía que decir al respecto y no tenían intenciones de platicar o pasar tiempo juntos, al menos James no tenía planeado nada de eso. Necesitaba descansar y pensar las cosas mejor, es decir, todo había pasado tan rápido que no tuvo tiempo para asimilar la situación y, a decir verdad, todo se sentía irreal.

El silencio fue interrumpido por los quejidos de Lars quien bajaba las escaleras, un fuerte dolor de cabeza lo atormentaba esa tarde y no estaba de humor para escuchar la irritante voz de James.

—¿Qué demonios se supone que están haciendo? —interrogó el danés de mala gana, le molestaba que interrumpieran su descanso, aun si no estaban hablando con él.

El problema con esa residencia es que, los ruidos que provocaran, se escuchaban por toda la casa, por ende, Lars escuchaba cada palabra de la "conversación" que estaban manteniendo sus amigos.

—Nada, enano, ¿Por qué no te relajas un poco? —propuso James al notar el humor que se cargaba el danés.

—No, idiota, me despertaron y espero que al menos tengan una buena razón para estar aquí como estúpidos. —se quejó Lars. Empezaba a arrepentirse de haber tomado la decisión de rentar una casa para todos ellos.

—¿Siempre está de tan mal humor? —le susurró Jesse a Cliff, el bajista asintió con un deje de diversión. A veces le divertía ver a Lars de mal humor, consideraba que se veía tierno y a la vez intimidante, una combinación extraña sin duda alguna.

—Aamm... yo tengo que irme —mencionó James un intento por evadir a sus amigos. Era incómodo ser el mal tercio, además, no tenía muy claro qué estaba haciendo ahí.

James les dedicó una sonrisa incómoda y se encaminó a su habitación, la idea de salir a caminar rondaba por su mente, necesitaba despejarse de todas las ocupaciones que había tenido esas semanas, sobre todo, necesitaba olvidarse por un rato de la culpa y el arrepentimiento que comenzaban a molestarlo.

Tomó su chaqueta de cuero y se la colocó, se acercó al espejo y se observó en él; tenía el cabello más largo y las ojeras bajó sus ojos eran muy notorias, estaba convirtiéndose en una verdadera estrella de rock, o eso es lo que él creía. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, le gustaba su nueva imagen, no hacía mucho para conseguirla y eso lo satisfacía; después de todo, el esfuerzo que había puesto para construir una banda estaba dando fruto, pero... ¿a qué preció?

Promises ~Hetstaine~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora