Los dos adolescentes bajaron a la cocina. Para James era algo raro encontrar comida hecha a mano por Angie pues casi siempre ordenaban a domicilio. El exquisito olor que llegaba hasta el comedor les daba una idea de lo que comerían. Ambos jóvenes se sentaron en el comedor; ahí se encontraba el padre de Hetfield, por lo que la situación se había vuelto incomoda.
—¿Eres amigo de mi hijo? —preguntó el señor Hetfield, rompiendo así el silencio que se había formado. Dave lo miró apenas, sin mostrar rastro de nerviosismo en su expresión.
—Ajá, soy Dave Mustaine —se presentó Dave ante la atenta mirada de Virgil Hetfield, quien lo miró y esbozó una sonrisa.
—Me alegra que mi hijo haya hecho amigos tan pronto —James lo miró mal, ¿desde cuándo le alegraba que hiciera amigos?, ¿desde cuándo le interesaba lo que hiciera con su vida?
—Bien, quiten esas caras y vamos a comer —habló Angie, rompiendo la tensión que se había formado entre James y su padre.
La cena transcurrió en pulcro silencio; a pesar de no disfrutar de la casi nula presencia de su padre, James se encontraba feliz de pasar tiempo de vez en cuando con él. Una sensación de soledad se había apoderado de una gran parte de su vida desde la muerte de su madre hacía años. Casi no convivía con nadie debido a su dificultad para hacer amigos, los pocos que tenía lo abandonaban cuando se enteraban de lo de su madre; varios pensarían que es estúpido alejarse o burlarse de otra persona por la falta de una figura materna, pero los niños pueden ser muy crueles algunas veces; al desconocer demasiadas cosas, James se veía notoriamente afectado por los malos comentarios.
Apenas terminaron su comida, James y Dave recogieron sus platos y se retiraron; se sentían bastante incómodos. Volvieron a la habitación de James y pusieron sus álbumes favoritos en el tocadiscos, alternando entre cada agrupación.
—¿No te llevas bien con tu padre? —preguntó Dave con curiosidad. James dirigió su mirada hasta él, prestándole toda su atención.
—No del todo, es decir, quiero pensar que la razón fue su ausencia cuando lo necesité, es por eso que no nos llevamos muy bien —Mustaine pudo notar la marcada nostalgia en la voz de James, y fue inevitable percatarse igualmente del drástico cambio en su semblante.
—Entiendo. Yo tampoco me llevaba bien con mi padre. Luego de que mis padres se separaran tuvimos que mudarnos demasiadas veces debido a que él siempre nos encontraba —James escuchaba con atención. Dave no había hablado de ello con nadie, y estarlo revelando ante James lo hacía sentir vulnerable—. Mi madre y mis hermanas lo hacían ver como el malo de la historia, pero yo no lo recuerdo de esa manera, ¿sabes?
Sus ojos se abrieron en sorpresa al encontrarse a sí mismo entre los brazos de James, y luego de procesar la situación, él también lo abrazó. Por primera vez en sus veinte años de vida podía mostrar lo que realmente sentía sin ningún tipo de tapujo, no sentía esa necesidad de parecer fuerte e insensible como solía hacer a diario, no había necesidad alguna de actuar como un maldito para agradarle a James; sencillamente, Hetfield emanaba esa sensación de confianza que necesitaba para abrir su corazón por primera, y probablemente ultima, vez. Esa era una más de las razones por las cuales se había enamorado perdidamente de él; Dave sabía que había valido su esfuerzo por ganarse el gran corazón de James Hetfield.
Permanecieron e silencio absoluto mientras sus brazos rodeaban el cuerpo del otro; la música había finalizado hacia rato, cosa que los condujo abruptamente a la realidad.
—Puedes confiar en mí, Dave —dijo James en un susurro; Mustaine sintió el repentino acelerar de su corazón, cosa que lo obligó a intensificar el abrazo. Sin poder contenerse más, Dave dejó salir la pequeña lagrima de sus ojos al ver pasar todos los buenos y malos recuerdos de su vida frente a sus ojos; no se había dado el tiempo para sacar todos sus sentires, pero ese era el momento indicado para hacerlo.
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Promises ~Hetstaine~
FanfictionY cuando caminamos por la calle El viento canta nuestros nombres en canciones rebeldes Los sonidos de la noche deberían ponernos ansiosos Pero es demasiado tarde cuando el miedo se ha ido Te encontraré en la próxima vida, te lo prometo donde podemo...