Capítulo 31

128 13 0
                                    

Necesidades 

La camioneta avanzaba a toda velocidad mientras los jóvenes músicos jugueteaban entre ellos, las bromas que se jugaban el uno al otro eran bruscas, la música que reproducía la radio sonaba a un volumen bastante elevado. Las sustancias consumidas momentos antes de iniciar el viaje anunciaban su presencia en los cuerpos de los jóvenes, que simplemente se dejaban llevar por la adrenalina que les proporcionaban duchas bebidas. Mustaine, quien manejaba eufórico, observaba a sus amigos por el espejo retrovisor mientras sacudía su cabeza levemente al ritmo de la canción entonada. El ambiente era mínimamente aburrido, todos se estaban divirtiendo a su manera, creyendo que los excesos que llevaban podrían durar mucho más allá de cumplidos los treinta años de edad, a más tardar los treinta y cinco o cuarenta, siempre sucedía así, ¿no?

—Dave, tienes que parar en esa tienda. —expresó Lars, señalando la tienda de servicio a unos metros de la camioneta. Dave asintió, no sin antes cuestionar por la parada.

—¿Para qué? —su mirada perdida se encontró con la de Ulrich. En los ojos del danés se dibujaba la falta de sobriedad. Ninguno se encontraba en un estado muy distinto.

—Tengo que comprar cigarrillos —explicó Lars. Minutos después la camioneta se detuvo en el pequeño estacionamiento ocupado únicamente por un automóvil de color rojo.

Tras el danés bajó Cliff, con la excusa de que —al igual que Lars— necesitaba una cajetilla de cigarrillos. Dave dejó las llaves puestas, si las quitaba tal vez se olvidaría de su paradero o algo parecido. En la parte trasera, James y Kirk platicaban animadamente entre risas silenciosas, la vista de ambos permanecía aferrada a la revista que sostenía el joven cantante de Metallica. Mustaine acomodó el espejo retrovisor para ver mejor, y luego de observar por unos cortos segundos decidió que necesitaba tomar un poco de aire, quizá también aprovecharía para terminar con la cerveza que llevaba en mano, evitando una multa segura si es que se encontraban con algún coche de policía.

Dave bajó de la camioneta y se recargó en la puerta del lado del conductor. Luego de unos cuantos sorbos de cerveza la botella se hallaba vacía. Le parecía que Cliff y Lars habían tardado una eternidad en la tienda de autoservicio, y casi como si lo hubieran escuchado, pudo sentir el toque por parte de Cliff en su brazo derecho. No lo había visto salir del establecimiento, por lo que le causó un leve sobresalto.

—¿Y Lars? —cuestionó Dave, frunciendo el ceño a manera de interrogación. Cliff se encogió de hombros.

—No lo sé. Me dijo que iba al baño o algo así. —explicó Cliff sin mucho interés.

—Ya... —Mustaine volvió la mirada al suelo, pensativo. A los segundos Cliff le ofreció un cigarrillo, el cual aceptó sin rechistar.

—¿Tienes más cerveza? —interrogó el bajista luego de darle otra calada a su cigarrillo. Mustaine asintió para después abrir la puertezuela de la camioneta y sacar dos botellas más de cerveza, éstas ya se encontraban al tiempo, ni tibias ni frías ni calientes, y no es como que a ninguno les gustara en ese estado, pero era lo que había hasta que Lars se dignara a aparecer.

No tuvieron que esperar demasiado a la aparición del danés, éste llegó a los minutos con un paquete de cervezas en las manos que, a juzgar por la manera en que los sujetaba, poseían un peso considerable. Los jóvenes subieron a la camioneta, luego de repartir las cervezas —ocasionando una breve discusión sobre si Dave debía obtener una o no, puesto que era él quien conducía— se pusieron en marcha nuevamente. El asunto sobre parar en un bar como primera instancia se dejó de lado, no llevaban consigo mucho dinero así que se resignarían a la idea de embriagarse mucho antes de llegar a la fiesta.

Promises ~Hetstaine~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora