Mortífago

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La semana pasó rápidamente, Hermione y Pansy partieron a Australia siendo despedidas por sus amigos

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La semana pasó rápidamente, Hermione y Pansy partieron a Australia siendo despedidas por sus amigos.

Los chicos estaban sentados en un vagón del Expreso de Hogwarts, estaban Blaise, Ron, Theo, Neville, Luna, Ginny, Draco y Harry, todos juntos y algo abrumados por la sensación.

—¿Quieren... algo para comer?— preguntó el rubio rompiendo el silencio.

Luna asintió mientras trenzaba el cabello de Ginny, Theo y Neville estaban abrazados y leían un libro, Ron levantó la cabeza del regazo de Blaise y asintió enérgico, empezando a decir una lista de dulces.

Luego de memorizar todos los dulces, se levantó de su asiento hacia la puerta, pero Harry lo sostuvo de la muñeca suavemente.

—¿Quieres que vaya contigo?— preguntó Harry.

—Tranquilo, vengo en un momento.

Cerró la puerta tras de sí, caminando entre la marea de personas y llegando al carrito de dulces, dónde había una larga fila de espera.

—Hey ¿qué hace una mierda cómo tú aquí?.

Ignoró ese comentario, sintió una mano zarandeando su hombro y volteándolo para encarar a Davis, el mismo idiota que habían hechizado hace años.

—Hablando de mierdas ¿por qué no empiezas por ti?.

—No te hagas el idiota, Malfoy. Sabes que tu y yo no somos iguales— se acercó a él, teniendo la misma altura no hubo intimidación.—El único maldito Mortífago eres tú, una escoria.

—¿Terminaste?— fingió un bostezo.

Davis sonrió perversamente —Lo siento su alteza, ya estamos por terminar.

El chico chasqueó sus dedos, instantáneamente unos brazos tras de Draco lo retuvieron, quitándole la varita del bolsillo y cubriendo su boca mientras lo guiaban entre empujones a un vagón vacío.

—Suelténlo.

—¿Qué mierda sucede contigo? ¿¡Estás enfermo o qué carajos!?.

—¿Sabes cuál es la mejor parte?— se acercó susurrando.—Por más que grites, no escucharán nada.

Ahí era donde Draco criticaba a los docentes de Hogwarts, ya que no había ningún adulto en el tren además del conductor y la señora del carrito.

—Púdrete.

Un puñetazo impactó en su rostro, dos y tres bastaron para hacerlo escupir sangre. Davis se regocijaba mientras que sus secuaces retenían a Draco arrodillado en el suelo, jugó con su varita por un segundo, pero luego la guardó.

—Quiero divertirme al estilo muggle, es mejor que hechizos. Eres un inútil sin Potter para defenderte.

Pateó su abdomen varias veces, jaló su cabello estampando su rostro contra el suelo y por último, pisó sus brazos y manos, enterrando la suela del zapato en sus huesos.

𝗥𝗘𝗡𝗔𝗖𝗘𝗥 ੈ ʰᵃʳᶜᵒ.ᵈʳᵃʳʳʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora