Tiempo

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[ 1999. Londres Muggle, Inglaterra ]

—Harry- no, espera.

—No tengas miedo Dragón.

—¿Cómo no quieres que tenga miedo? Imbécil.

—Ya, ya— suspiró el moreno a su lado.—Inténtalo de nuevo.

Draco asintió nerviosamente mientras ponía sus manos en el volante del automóvil, ese invento muggle le parecía... tan horroroso. Un montón de metal capaz de moverse por si sola sin una gota de magia, era tan extraño como suicida.

No estaban en una calle concurrida, eso era lo positivo. Se encontraban en una pequeño estacionamiento público vacío, donde pocas personas iban a trotar y hacer ejercicio.

Hacia un año se habían graduado de Hogwarts, a pesar de eso, se habían tomado un tiempo para disfrutar su vida antes de ejercer su profesión. Querían viajar a muchos lugares, conocer museos, playas, culturas y comidas.

Viajaron a Francia, Italia y España, no tenían un hogar en específico. Se la pasaban en hoteles y conociendo muchas atracciones.

En esos días, visitaban a Remus por su cumpleaños número 39. Draco había sido consumido por la curiosidad de las personas muggles y quería aprender a conducir.

Y Harry, no podía negarle nada a su novio caprichoso.

—Enciende el auto.

El rubio movió llave hacia adelante por unos segundos sintiendo como el motor empezaba a rugir asustándolo.

—Bien hecho amor, recuerda ese es el freno, acelerador y croche o embrague— señaló cada pedal en los pies del chico.—Ya me viste conducir, no es difícil. Presiona el croche hasta el fondo y mueve la palanca a primera.

—Harry, llevo mucho tiempo intentando y nunca me sale.

—Ten fé ¿si? Nada es inmediato.

—Nidi is inmiditi.

El moreno estaba muy acostumbrado al mal humor de su novio cuando no sabía cómo hacer algo, por lo que muy calmado continuó con su clase.

—Mueve la palanca a primera sin dejar de presionar el croche y el auto empezará a avanzar.

Draco asintió para si mismo siguiendo las instrucciones, como su novio había dicho, el auto empezó a avanzar lentamente por el estacionamiento vacío.

—Deja de pisar el croche con suavidad y pisa el acelerador.

Las palabras suaves del moreno le recordaban que no estaba solo y, en cualquier caso de que se desviará, él sabría que hacer. Relajó un poco los hombros pisando el acelerador, escuchando los neumáticos aplastar el asfalto desgastado y sintiendo sus piernas tensas.

—Vas muy bien cielo, no aceleres mucho. Controla el acelerador.

Draco estaba asombrado de él mismo, comparado a los primeros días que había empezado a practicar, donde el auto se le apagaba porque soltaba el embargue muy rápido o soltaba el acelerador repentinamente. Ese día el auto parecía colaborar con él.

—Cruza con cuidado— advirtió Harry.—Suelta el acelerador y frena un poco moviendo el volante.

—No me jodas, estoy cagadísimo.

—Tranquilo-

—¿Desde cuándo la palabra tranquilo ha logrado tranquilizar a alguien?.

Harry puso su mano sobre la del rubio, la cual estaba encima del volante y la movió hacia la izquierda. El auto cruzó lentamente hasta evitar una pared y volver a su curso normal.

𝗥𝗘𝗡𝗔𝗖𝗘𝗥 ੈ ʰᵃʳᶜᵒ.ᵈʳᵃʳʳʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora