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Narradora

Es domingo en la tarde y Jungkook permanece acostado en el sofá cama de la espaciosa sala de su amigo Yoongi, su mente sigue divagando en un laberinto de pensamientos, buscando arduamente las palabras y sentimientos correctos a trasmitir en las siguientes horas. 

Había quedado con su novia por mensajes en encontrarse para hablar en una cafetería a la que frecuentaban llamada Rolls, pero hace un par de minutos le había informado que se encontraba sola en su hogar y que le parecía mas cómodo hablar allí.

Jungkook conoce bien la inconformidad que su novia tiene en la relación, se la dejo muy claro en la fiesta del viernes y el invitarlo a su casa en la ausencia de sus padres, le significa una clara invitación a tener la oportunidad de resolver el asunto.

Se siente nervioso, sabe que ama a su novia, de eso no tiene dudas. Jieun ha formado parte de una importante y significativa etapa de su vida, no solo es su novia, es una de las personas mas valiosas en su vida, que de por si son pocas.

Jungkook ama en verdad a Jieun, la chica es hermosa, brillante, amable, cariñosa, es un sin fin de cosas que le agradan y le hacen feliz. Desde que Yoongi y ella lo ayudaron aquel horrible día se convirtieron de alguna forma en su soporte.

Sabe muy bien que no debe depender de amistades para tener una estabilidad emocional, pero en esa precisa etapa de su vida se sentía tan solo, insuficiente y débil, que fue casi inevitable el no aferrarse con su corazón a esas dos personas, personas que hasta hoy habían permanecido a su lado, que nunca lo habían decepcionado.

Una gran parte de su ser se niega a pensar en el rubio, sabe que todo este dilema lo desencadeno su arrebatadora presencia, pero no por eso puede olvidar quienes han estado siempre para el y a quien ama ahora. 

Se siente un poco estúpido por haber entrado en crisis en la noche de ayer, no puede creer que haya hecho tanto alboroto por la simple cercanía de alguien, por que eso había sido todo lo que había pasado. Había sido cercano a Jimin, intercambiaron ideas y  pensamientos traducidos en palabras y gestos, había revelado un poco de su vida y se habían conocido un poco. 

En su caso esto era brindar y arriesgar mucho de su parte, ya que suele ser excesivamente reservado, pero Jungkook sabe bien que probablemente para el rubio fue algo mas a su lista.

El chico parece ser un sol andante, analógicamente como su definición, la estrella mas grande de todo el sector. El chico llama la atención de todos, brilla con demasiada intensidad y es por eso que las personas se acumulan a su alrededor.

En los breves momentos que ha estado cercano a sus orbitas, no ha pasado desapercibido el como todos lo miran, no solo los ajenos a el, sino también sus amigos. Lo miran con un aire de devoción, admiración y fraternidad, podría decirse que es de esas personas que siempre existen en los círculos sociales que sin quererlo son el centro, quienes inconscientemente lideran muchas cosas.

Pero a pesar de todo no tiene dudas de que lo que sucedió anoche no es para nada normal y no solo para el, cuando veía los orbes de Jimin, se encontraba con una sensación embriagadora y este también se mostraba sumergido en su esencia, como si los dos estuvieran atrapados en algo...

algo...

Jungkook se recrimina de nuevo. Su mente debe estar centrada en Jieun en este momento, no en un...¿desconocido?

— ¿Cuando vas a levantar tu perezoso y alcohólico trasero de mi sofá? — yoongi aparece por el pasillo caminando hacia la cocina.

— Perezoso tal vez, pero ¿alcohólico? ¿de que va eso? — pregunto sentándome finalmente.

Kurabu クラブ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora