39. Enot y el abuelo

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39.

Día 29

Diciembre 29

Suave.

El viento era suave al golpear la piel, y lo mejor era el sonido que provocaba en la copa de los árboles del campo. Después de todo Claris si me mostró la pradera, pero no solo ella, toda la familia Adams estaba sobre el césped en aquella tarde tan cálida, sin duda amaba el clima del campo, la ciudad en diciembre era demasiado fría, demasiado tétrica, aunque con los chicos podía ver bastante divertida.

Josefin y Gregory estaban un poco alejado de nosotros, hablando y riendo bajo uno de los árboles, no hace mucho habíamos terminado una comida realmente deliciosa que todas las mujeres preparamos. Willian y Dennis no estaban muy lejos, pero sí que se estaban alejando tomados de la mano como un par de adolescentes paseando, lo que me resultaba tierno.

Y bueno, el aprovechado de Jayce estaba recostado en mis piernas, mientras que yo con suavidad pase mi mano por su cabello muy negro, sus ojos azules están perdidos quien sabe dónde, su marcada mandíbula está apuntando a la derecha. El silencio era profundo, ya que además de los murmullos de los abuelos nadie había hablado, ninguno ha mencionado palabra desde la comida. Ni siquiera el ruidoso del pesado.

—¿Estás bien?—. Me atreví a preguntar.

—Enserio eres linda come libros—. Se giró, y clavo su mirada bastante azul en mí.

—Sí, sí, ya lo sé. Pero dime ¿Pasa algo?

—No mucho la verdad. ¿Tú estás bien?—. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, al parecer el Jayce de siempre quería salir a la luz.

—Hace poco me emborrache por primera vez, así que estoy de maravilla—. Ironice y él empezó a reír como loco.

—Estabas muy rara—. A penas podía dejar de reír.

—¿Por qué lo dices?—. Alce una ceja.

—Estabas como celosa come libros.

—¿Q-qué? ¿Qué dije?—. Tierra ya trágame.

—No mucho. Olvídalo—. Aparto la mirada tratando de restarle importancia.

Lo tome de su linda camisa gris, y lo obligue a verme. Necesito saber qué dije, ¿A caso tenía miedo? No, no era miedo, ¿Entonces que se está cruzando por mi cabeza?

—¡Ahora habla tonto!

—Hablare por un beso—. Soltó con una tranquilidad espeluznante, y sus ojos bajaron a mis labios.

Su mirada se mantenía en ellos, talvez por eso mi corazón latió así, talvez por eso el calor quiso subir a mis mejillas, talvez por eso mi mente se nublo por un momento.

—¡Eres un pesado idiota!—. Solté su camisa y aparte la mirada.

—Solo hablare con un beso.

¿Por qué en mi cabeza lo estaba considerando? A caso quería saber enserio que cosas dije o en realidad que pasó en esa fiesta, a decir verdad, no recuerdo mucho más que a mí siendo subida por las escaleras en el hombro de Lukas, y a la pobre Aspen tratando de consolarme en el suelo mucho después.

Los Días Hasta Enamorarte [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora