M y H

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Siempre he sido un hombre muy preocupado y atento con las personas que me importan, su dolor me duele y sus sufrimientos son los míos, pero hoy me pasó la cuenta.

Y solo cuando estuve bajo el brillante manto nocturno dejando atrás ese aroma a sangre y hospital, pude volver a respirar.

Tome mi cabeza entre mis manos y recargue mi espalda en el frío muro de concreto tras mi espalda. Me había asustado tanto que hasta olvide que necesitaba respirar para seguir vivo.

Cerraba los ojos y solo veía a chifuyu sangrar y convulsionar en la ambulancia. Lo peor de todo era que yo no pude hacer nada para ayudarlo,  me había paralizado y jamás me había pasado. 

No entendía que pasaba conmigo ni porque mis sentimientos estaban tan revueltos. Yo jamás perdía la calma, o al menos hasta hoy.

Me dolía el pecho.

—¿Te llevo a casa?

Gire la cabeza ante esa voz tan reconocida. Aquí estaba la razón principal de mi malestar emocional, dejando de lado a Chifuyu que se robo mi atención está  noche.

Negué rechazando su oferta, no quería molestarlo. Suficiente fue con hacerlo venir solo por que yo no podía controlar mi miedo.

—No, puedes irte. Chifuyu dejo su moto en un parque cerca de aquí, me iré a casa en ella.—El rubio me dijo que estaba totalmente a mi disposición y que la cuidara mientras el salía del hospital.

—¿Te llevo hasta ahí?—Negué con la cabeza antes de siquiera pensarlo. Me arrepentí al instante al ver su rostro de decepción y enojo.—Maldita sea Mitsuya, te digo me gustas desde hace años ¿Y ahora no me dejaras acercarme nunca más?

El sacudió la cabeza y se giró para irse. Mi cuerpo se movio por si solo y atrapé la manga de su chaqueta deteniendolo.

—No es así.—Hakkai me dio una mirada  resentida. Maldición, entendía su enojo conmigo y estaba en todo su derecho de sentirse dolido, pero yo tenía mis razón también.

El suspiro mirándome a los ojos.

—Mira, jamás te dije algo porque esto era lo que no quería que pasara. Pero tú me besaste y hasta me dijiste que te gustaba, o más o menos porque ese "creo" ahora parece ser más bien un no. ¿Cual era tu idea?¿Dejar a Hakkai como un idiota? Pues vaya que funcionó.

El se soltó de mi agarré suavemente y eso me dolió aún más, nisiquiera molesto el era rudo conmigo, nunca lo había sido. Durante todos estos años el me había tratado con respeto y esas era una de las cosas que más me gustaban de el.

—No quería verte la cara de idiota, solo estoy asustado.—Agradecía que estuviéramos lejos de la entrada principal del hospital y de todos los demás porque sino, me hubieran visto abrazar a Hakkai por la espalda para impedir que se fuera de mi lado.

Su cuerpo estaba tan rígido como una piedra entre mis brazos sorprendido por mi acción, enterré mi cabeza en su espalda sintiendo mis mejillas arder con fuerza.

Estaba tan avergonzado.

El hizo ademán de darse la vuelta pero yo lo apreté aún más impidiéndole aquello.

—No me mires, solo escúchame.— Ya estaba, no podía echarme atrás porque si lo dejaba ir perdería toda oportunidad y Hakkai no se merecía nada de esto.

—¿Que estás haciendo?

—Solo quiero decirte que esto, nosotros, es algo tan irreal que simplemente no se cómo afrontarlo. Tu y yo hemos sido amigos desde niños y ahora resulta que tú me gustas y yo te gustó, es una locura.—Musite.—Estar con alguien de forma romántica es complicado, yo no sé mucho de estas cosas pero la mayor parte de las parejas fracasan y yo no quiero perderte de ninguna manera.

PETTING • Bajifuyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora