PETTING • Bajifuyu

09

Perdonen los errores <3

Feliz Año Nuevo <3

—Chifuyu, no creo que sea buena idea lo que estás haciendo.—En este último tiempo, quizá durante un par de semanas, he escuchado esas palabras más de lo habitual. Lo más gracioso, es que soy yo mismo quien se lo repite algunas veces en la cabeza, pero esta vez, el crédito no es mío.

Tomo una piedra pequeña, la más plana que encuentro, y la lanzo sobre el río. Cuento los rebotes, y buscó otra para hacer lo mismo una vez que se detienen. En pocos días el río estará completamente congelado, aunque no lo suficientemente duro como para caminar sobre el hasta diciembre, cuando caigan las grandes nevadas de invierno.

Me gusta el hielo y la nieve, porque el frío puede ser capaz de congelar hasta los pensamientos. Y me pregunto como se verá una nevada desde el cielo, volar con ella, y ver cómo tiñe poco a poco las ciudades de blanco.

—¿Exactamente el que?–Le preguntó, sin mirarlo, dejando de vagar en mis pensamientos.Últimamente me pierdo seguido en mi mismo, imaginando cosas que jamás podré hacer, o lejanas a suceder.

—Todo.—Desde luego. Es takemichi, no puede evitar preocuparse.—Si Baji-san se entera, se enojará mucho y lo sabes.—Lo se. Hasta puedo imaginar las caras que pondrá, e incluso adivinar lo que me diría, porque lo conozco. Aún así, no es suficiente para detenerme, y en estos momentos no quiero pensar en eso.

—Si está a salvo, puede enfadarse conmigo todo lo que quiera. Vale la pena.—Le respondo, tirando otra piedra. Sea cierto o no, en el fondo lo digo para convencerse a mi mismo, y decirlo en voz alta ayuda a eso, un poco al menos.

Me divierte el como trato de engañarme y como lo descubro de inmediato. Suspiro. Ni siquiera puedo conmigo mismo.

—Una situación así puede llegar a romper su relación. El no parece el tipo de persona que le guste ser engañado, en especial si sales lastimado.— A nadie le gusta ser engañado, supongo. Y hablando de Baji, no lo parece, y no lo es, desde luego.

Tampoco es idiota, jamás lo ha sido. Y me alegra que tenga la suficiente conciencia como darme el espacio de hacer lo que hago, a pesar de que se muere por saberlo, y que quizá, la duda se lo carcome por dentro. Esta ahí sentado, esperando que todo me explote en la cara en algún momento para así poder enterarse, o quizá esta detrás de mi, listo para sostenerme en caso de cualquier cosa. Pero de todos modos, listo o no, se ha guardado eso para el, y dio un paso al costado dejándome solo.

Detengo lo que estoy haciendo y me giro para observarlo por primera vez desde que llegamos aquí. Quería estar solo, pero no sentirme solo, así que me dedique hacer nada en silencio, pero sabiendo qué hay alguien aquí conmigo. Quería que fuese el. O al menos, hasta que comenzó hablar sobre lo que no quería hablar. Está abrazando sus rodillas, sentado en los escalones sin dejar de observarme.

—Espero que lo que tenemos sea más fuerte que esto, y que con el tiempo no quede en más que un simple secreto del cual él jamás se entero.—O ni siquiera en eso.

—¿Y quieres jugar a ponerlo a prueba?—Ataca. Encojo mis hombros sin levantar algún tipo de defensa, porque no es lo que estoy haciendo.

—No juego a nada. Mantengo a quien amo a salvo.—Respondí tranquilamente. No dejare que me haga reflexionar sobre ello mediante leves provocaciones en lo que respecta a mi relación.

–¿Y tu?

—Yo me cuido solo.—Me da una mirada de desaprobación, y sigo en lo mío sin prestarle mucho atención. Por la última persona que temo es por mi, me considero muy autosuficiente aunque quizá no lo sea, pero la confianza en uno mismo lo es todo, así que no me preocupo.