Perdonen los errores. <3
Toco tres veces la puerta frente a mi, de manera suave y rítmica. Se muy bien que un golpe fuerte, lo asustaría, y no busco eso exactamente. Espero pacientemente, sabiendo que el esta dentro, por qué no parece gustarle mucho salir de día, prefiere moverse bajo la noche y entre las sombras, donde nadie pueda verlo.
Observo la gran bolsa que cargo con mi mano sana, sintiéndome un poco cohibido e inseguro de traerla aquí conmigo. Para él deberá ser desconcertante verme aquí parado ofreciéndole cosas que me tome el tiempo de comprar para el, quizá tanto como lo fue para mi. Y la verdad, es que no le he encontrado motivo para eso, solo lo hice y ya.
—¿Quien?—Una voz suave, pregunta del otro lado. Sus pasos son tan sigilosos dentro de la casa, que ni siquiera lo escuche caminar hasta la puerta. Kazutora se mueve como un gato dentro de su propio espacio, para no llamar la atención de nadie que pueda esperarlo fuera. Yo sé muy bien eso.
—Chifuyu.—Carraspeo.
La puerta se abre, pero solo un poco, y apenas puedo ver un lado del rostro de Kazutora por la abertura. Levanto mis cejas y elevo el mentón hacia su dirección, en forma de saludo. Él parece asegurarse de que yo este solo, y Finalmente, abre la puerta por completo, luciendo más confiado que hace unos momentos.
—Chifuyu ¿Qué haces aquí?—Susurra. Esta sorprendido, desde luego, y no lo culpo. Me rasco la nuca enterrando mis dedos en mi pelo y me encojo de hombros. No hay una razon exacta para eso, o quizá si. Pero en estos momentos mi mente era todo un lío, y aún no estaba preparado para dar una respuesta coherente. Me limito a levantar la bolsa, sin ánimos de explicarle nada.
—Te traje cosas.—El me observa con los ojos abiertos, y luego se hace aun lado para dejarme pasar, aún visiblemente confundido.
Entro limpiándome los pies, intentando sacudir la incomodidad que siento tras presentarme aquí sin avisar, para no hacer esto más raro de lo que ya es. Echo un vistazo rápido a la casa, mientras abro mi chaqueta ante el bochorno que siente mi cuerpo. Todo qui dentro luce exactamente igual que la ultima vez que vine, solo que la luz del día filtra dentro de la casa, haciéndola un poco mas cálida que otras veces.
—¿Qué cosas?—Cierra la puerta y observa la bolsa. Se la tiendo y la toma dudoso, para luego mirar dentro. Trae un moño desordenado, y pareciera que acababa de salir de la cama a pesar de que es tarde, pero no lo culpo, hace un frio tremendo, incluso aquí dentro. De seguro ni tiene calefacción.—¿Me trajiste comida?—La sorpresa cala en su voz, mientras sus ojos amarillos vuelven a mirarme.—¿Porque?—Hace muchas preguntas.
—Porque estas muy flaco. Puedo imaginar que en tu nevera no hay ni una mierda, o quizá solo sopas instantáneas.—Quizá es su apariencia frágil de cordero lo que me hace tenerle compasión. Kazutora mira a otro lado, y sus mejillas se tiñen de rosado.
—¿Porque te molestaste con esto?
—¿Porque haces pregunta ante todo? Solo acéptalo y ya.—Se aferra la bolsa al pecho, y asiente.
—Te lo pagare todo. No tengo dinero ahora, pero lo hare.—Sacudo la cabeza y me cruzo de brazos, apoyándome en la parte trasera de su sofá.
—No es algo que realmente me importe, está bien.–El asiente, y la duda me pica.—De todos modos ¿Como has vivido solo todo este tiempo? ¿Recibes...Ayuda o algo?—No trabaja, eso es obvio.
—Mi mamá me envía dinero, cuando puede. No suele ser mucho.—Hace una mueca.
—¿Y tu papá?—Pregunto, porque recuerdo verlo en algunas fotos que cuelgan del corredor. Algo extraño se cruza en los ojos de Kazutora ante la mención de su padre.

ESTÁS LEYENDO
PETTING • Bajifuyu
FanfictionDonde Baji nunca murió, le confesó a chifuyu su amor, y su relación debe superar los peligros y secretos.