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<3

Hoy era el día en el que gastaríamos dinero inútilmente en gasolina y recorreríamos las carreteras de Tokyo para adentrarnos en una gran bola verde llena de mierdas e insectos que te chupaban la sangre. O al menos, así era como lo decía Baji.

Era de aquellos que siempre hacían problema por todo, pero al final, no hacía, aportaban, o ayudaban en algo.

Nos iríamos en una hora y aquí estaba, enterrado entre sus mantas durmiendo. Mire con irritación el bolso que había venido a dejarle amablemente por la mañana para que metiera sus cosas, exactamente en el mismo lugar donde yo lo había dejado.

—Despierta, vago—Recargue mis brazos en el colchón, y lo moví con fuerza.

—Demonios. — Masculla cuando sus ojos me encuentran.

—¿Que estas esperando? Ya casi es hora de irnos.

Entre gruñidos molestos Baji se levanta perezosamente de la cama.

—¿Te vas a bañar?—Le pregunto.

—¿Para que?

—¿Como que para que? Baji, nos vamos en una hora—Anuncie, golpeando mi muñeca con mi dedo hacia mi reloj imaginario. No lo tenía, Takemichi me lo quebró de una patada. Yo debía sostenerle la almohada porque jugáramos a dar las patadas que daba Mikey. No termino bien.

—No actúes como si fueras mi mami. —Resopló, bostezando con la boca abierta mientras rascaba su ombligo al desnudo. Que fineza.

—Eres insoportable.

—Chifuyu, ya no quiero ir. Lo único que suena bien de este viaje es la comida y dormir apretado contigo—Volvio a tirarse de espaldas a la cama y yo rasque mi cabeza suspirando. Yo si quería ir. Aunque claramente iría sin el, pero lo conocía, haría show pero de todos modos iría.

—Hacemos esto por Mikey. Tu más que nadie quería hacer algo por el—Me cruce de brazos. Aveces no lo entendía.

—¡Ya se! Pero diablos, odio el bosque.

—Solo son dos días—Resople—Iré por Takemichi y espero que cuando lleguemos ya estés listo y con el trasero puesto en tu motocicleta para que nos vayamos, porque si no te quedas aquí. Así que vístete, arregla tu mochila y peina esos pelos de loca.

—Takemichi.–Baji eleva sus cejas cuando menciona su nombre. Arrugo mi frente hacia el. Se que no le agrada del todo.

—¿Que te molesta de él? He visto últimamente que pareces vigilarnos o algo, y no lo entiendo. Es buena persona.

—No es nada de eso. Se que no es malo, simplemente un idiota.

—¿Y eso porque te molesta?—No lo entiendo.

—No es eso.—Baji se levanta.

—¿Entonces?

—Takemichi siempre parece estar metido en medio de todo el lio, y no quiero que te arrastre a sus cosas raras o algo, él no es tan fuerte para mantenerte a salvo.—Estaba preocupado, podía notarse. Pero por ahora, no había nada de lo que él debía temer, las cosas parecían andar bien. Sonreí y tome su rostro entre mis manos, acariciando mi nariz contra la suya.

—Pero el no necesita mantenerme a salvo de nada, además, yo soy fuerte por ambos. Todo está bien—Baji sonrió.

—Igual me cambias mucho por el. —Ruedo los ojos.

Antes no había un Takemichi, ni tampoco Kazutora. Pero quizá, sin la intervención de ambos nosotros aún seguiríamos siendo amigos y nada más. De alguna manera ambos nos orillaron a ser lo que somos ahora, y eso era lo único que yo le podía "agradecer" a Kazutora, en un uno por ciento.

PETTING • Bajifuyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora