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Este puede ser el penúltimo capítulo antes del final. <3

—Feliz cumpleaños, Chifuyu.

La nieve cae a nuestro al rededor de forma suave y gentil. Los copos de nieve caen sobre mi rostro, y el vapor que sale de mi respiración decora el aire.

El frío no es problema, el abrazo que compartimos es tan fuerte que no hay espacio para nada más.

—Se que nos volveremos a ver en el futuro, pero no puedo dejar de pensar que es un adiós. Pasarán muchos años para mi, simplemente no será igual.—Apretó a Takemichi contra mi, reprimiendo el impulso que tengo de convencerlo para que no se vaya, o por lo menos aún no, porque no me siento listo para dejar ir a mi amigo.

—Lo se, se que será duro para ti. Pero debo hacerlo, si todo sigue igual de mal debo saberlo y encontrar la forma de solucionarlo. Dios, espero que no sea así, aunque eso signifique que me perderé crecer junto a ti.

—Lo se.—Kazutora no logró asesinar a Baji, y Kisaki no es miembro de Touman. Mikey está estable, y en teoría no debería haber algo que detone un futuro lleno de problemas para todos nosotros.

Tengo mi fe puesta en que mi amigo volverá al futuro que siempre debió tener junto a todos nosotros vivos y con vidas plenas. Tengo tantas ganas de que no se vaya, al igual que lo haga y finalmente después de todo su esfuerzo obtenga lo que tanto ha deseado. Es una persona tan buena que espero no volver a verlo hasta diez años, en el mejor de nuestros futuros.

Nos separamos del abrazo y desde luego las lágrimas mojan sus mejillas. Me río de él y limpio sus lágrimas con mis manos enguantadas.

—Te veré en unas dos horas, amigo.—Takemichi me sonríe intentando limpiar las lágrimas que aún caen por sus mejillas.—celebraremos tu cumpleaños.

Me contagia su sonrisa. En teoría cumplo años mañana.

—Te veré en diez años, amigo.—La voz me tiembla ligeramente, y el rostro de Takemichi se contrae nuevamente.—Creo que jamás terminaré de estar agradecido contigo por la vida que nos ayudarás a todos a tener. Si no hubieras vuelto, yo jamás habría podido estar con Baji y todos nosotros seríamos hombres de mal. No habría cumplido mi sueño. Te lo debo mucho. Todos.

Compartimos un último abrazo cargado de pena y esperanza. No logro entender como es posible que existan esos viajes en el tiempo, y simplemente es algo que por más que lo piense no me encuentro explicación. Pero pasó, y el destino puso a este gran chico en nuestros caminos. Lo agradezco tanto.

Con el corazón en la mano observo a takemichi mancharse entre la nieve. Me quedo estático en mi lugar observando como sus pasos marcados en la nieve se alejan más y más. La tristeza me golpea cuando ya no logro divisarlo, le deseo la mejor de las suertes y me entran ganas de llorar, pero alguien me impide hacerlo.

—¿Que mierda estaba pasando?—Y si el frío no me congelo, fue la voz de Mitsuya detrás de mi que lo hizo.

Mierda....





—Así que ese era el secreto de Takemichi.—Susurra Mitsuya con la mirada puesta en sus zapatos.

Tarde una hora en contarle absolutamente todo con lujo de detalle. Me llamo loco varias veces, incluso tuvo la osadía de reírse de mí en mi cara, pero a medida que yo contestaba sus preguntas la diversión en su voz se marchaba, hasta tal punto en que ya no tuvo más dudas y comenzó a procesar todo lo que yo le estaba compartiendo con severidad.

PETTING • Bajifuyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora