10 / 𝐃𝐢𝐱

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Nuevamente Kou había sido rechazado en el intento de que él y su amiga tuvieran de esas tantas pijamadas, siendo apartado con una pobre excusa de su tarea que ni un idiota podría creerse. Era chistoso, como si derrepente Mitsuba hubiera cambiado totalmente su forma de ser para buscar ser la mejor de la clase, parecía que lo estaba subestimando dándole una excusa tan pobre. Pero, el rechazo era más doloroso de lo habitual, no tenía malas intensiones más que las cosas volvieran a ser como hace relativamente poco, pero no lo lograba ¿eso lo frustraba? Sí, y mucho, aunque ya supiera la respuesta y por más de que no pudiese, solo no quería perder sus esperanzas de recibir un sí.

Suspiró algo enojado consigo mismo, tirándose en su cama de mal humor por no entender las cosas, con la sensación de ser como un tonto al ser tratado como tal.

La puerta fue tocada e ignorada por quien se encontraba encerrado tras esta.

—¿Tan mal día?— Cuestionó su hermano permitiendose entrar al notar que este estaba desanimado, lo suficiente para ignorandolo completamente al llegar a su casa, siguiendo su camino a su cuarto sin ni siquiera corresponder el saludo que le mandaba como de costumbre.

—Quizás.—respondió haciendo reir a su Teru por ya no querer incorporarse para levantar la mirada —Estoy cansado...

—Me asusta que sea la primera vez que se te acaba la energía, ¿No es cansancio emocional?— agregó sentádose a un lado de la anatomía delgada de Kou, mientras el citado entendía que tenía la respuesta a la pregunta, que de todos modos se guardaría para sí.


—Quizás—Volvió a decir con algo de temor de asentir, cosa que para Teru no era nada de qué impresionarse, su hermanito tenía la mala manía de guardar sus sentimientos, ya anticipándole que responder con esa misma palabra dos veces seguidas eran todas las respuestas que tendría.

—Bien... Hay comida en el refri si tienes hambre y no quieres ir a cenar con Tiara y conmigo.—Kou asintió en un balbuceó perdido en su almohada pero oíble para quien fue dirigido, teniendo que decirle una ultima cosa al de mal ánimos por más de que lo lastimara más, no era algo que pudieran evadir —Recuerda que va a ser la última vez que Tiara vea a mamá, y debemos estar con ella.— terminó de decirle dejándolo solo por las horas que quedaban para dicho evento.

Por más que los Minamoto no hablaran, era claro que no estaba bien las cosas entre ellos. Principalmente por esto: su madre siempre fue de salud delicada pero en esos últimos años, había empeorado severamente hasta ser internada con el resultado medico claro e irreducible, que ni gritos ni lamentos podrían cambiar. Ella no iba a vivir más que unos meses y, por más de que la amaran, eran comprensivos en las decisiones que ella tomara sobre sí, sabían lo horrible que era vivir dependiente a una maquina, medicinas y sentirse como una carga económica para su familia.

Por más dulce que fuera, era como una rosa a principios de invierno, ya habiendo pasado un otoño sumamente difícil que le garantizaba que no podría ser lo suficientemente fuerte para sobrevivir a aquella helada que indicaba la llegada de la nueva estación, que a diferencia del invierno, si iba a ser eterno.

Kou no había compartido eso con nadie, ya fuera por su propio dolor o no querer preocupar a otros. El ambiente estaba tan tenso con su novia que más que tenerle confianza plena, no quería sumarle problemas a los que sabía que tenía. Y no era consideración realmente, él en serio deseaba ser abrazado en esos momentos por la persona que amaba, hasta poder caer dormido en la calidez de los brazos de alguien, pensaba que era egoísta ser tan específico, pero no confiaba en otras personas como solo lo hacía con Sou, pero siempre sentía lo mismo; un nudo en su garganta, el ardor en sus ojos y la dificultad para respirar mientras pensaba que solo le hacía perder el tiempo, terminando por cualquier tontería que viniera a su mente, actuando como un chico tonto al que todos podían engañar.

¿Ese era el papel que tenía entre sus amigos? ¿El tonto sol al que todos podían engañar?

Se rió sintiendo como la funda de donde escondía su rostro se humedecía dando como resultado lo que sabía que pasaría. Las lágrimas habían cristalizado completamente sus ojos hasta que de un pestañeo se habían roto en una inundación que desbordaba lo que podía aguantar.

"Llorar ayuda a desahogarse" recordaba de forma constante cuando su madre lo consolaba por no poder hacerlo con otros antes, sentado al lado de la cama donde ella se encontraba acostada, tomando su mano y acariciándola de forma tan dulce y amable que lograba hacerlo sentir seguro, con una sonrisa serena pero sincera a pesar de todo.

Pese a eso, ya no lograba mentirse a sí mismo. Lo hacía tan seguido que perdía el conocimiento de quién era, pero era surrealista para sí que llorase en silencio en su casa, en su cuarto, a escondidas de su familia e inclusive de sí mismo para evadir inclusive sentir lastima de si mismo.

Esperaba algo, sus músculos estaban listos para actuar sobre una situación demasiado planificada.
Quería que su celular sonara, no era consiente de qué quería oír, pero solo no quería sentirse de ese modo, ¿Qué se encontraba tras ese "modo" tan subjetivo? Ese era uno de los problemas arraigados al caso, ni él lo sabía y el perderse a uno mismo era lo más complicado que cambiar en esa vida humana.

¿Realmente estaba el famoso Minamoto Kou, que era amigo de todo su curso e inclusive de casi todo el colegio, sintiéndose solo, e inclusive, alejado de su propio nombre pero queriendo ser esa versión anhelada de él? Gran broma para que contara en un bar nocturno poco visitado, bajo una luz negligente, riéndose de ellos para poder perderse de todo eso.

Quizás tenía miedo de que la gente le pusiera esa hermosa pegatina de hipócrita, aveces el significado de la palabra se perdía, pero para todos tenía una connotación negativa por más de que fuera algo sumamente habitual, aunque justamente condenar a alguien con ese adjetivo siendo algo con lo que incluso ellos compartían características, era un comportamiento hipócrita .

Era el colmo, y sentirse cansado en una situación de este tipo era normal, pero eso no implicaba que no fuese horrible, no le restaba dureza o dificultad de a travesar.

Las horas pasaron donde Kou no se sentía de buen modo, encontrándose arreglado para ir a despedirse antes de que su madre lo dejara.

No quería pero la vida era así, y no podía alterar el tiempo por más que quisiera, y si que era algo que le suplicaba al universo poder hacer.

Ataba las zapatillas de su hermana, mientras esta inocentemente se encontraba emocionada de ver a su mami sin que fuera del todo consiente de lo que implicaba esa despedida. Hablaba emocionada, siendo quizás la protagonista en el subconsciente de sus hermanos que no sabían como explicarle que no podría conservar sus dibujos por más de ese día.

Nadie decía nada más que lo necesario, obviamente no estaban felices, pero no querían asustar a la pequeña a la que su madre dijo que le explicaría que le sucedería esa noche cuando se fueran. Querían cenar como familia por ultima vez, o bueno, como pudieran.

Kou había dejado su celular en casa, sin llevar ninguna cosa de las cuales esperaba algo en particular. Quería darle todo su ultimo tiempo a la persona que aún no asimilaba que volvería a ver u oír.

Your Type 𓂃 MitsukouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora