16 / 𝐒𝐞𝐢𝐳𝐞

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Kou la vio mal, negando con su cabeza de izquierda a derecha de manera continua por lo dicho por Mei mientras que esta cada vez entendía más los motivos que tenía Mitsuba para haberle dicho algo como su identidad de género. Pero, para ser sincera consigo misma, jamás esperó algo así de dicha pareja soñada, o más bien, de aquel Minamoto intachable que era según todos, un chico de mente abierta, amable y apasionado. Más jamás le habían presentado una situación de ese tipo, era evidente que el choque sería fuerte.

—Deberías hablar esto con él.— trató de romper el hielo por el silencio incómodo que el chico frente a ella había iniciado, bajando nuevamente su mirada asegurándose de terminar su conversación.

Kou tenía otros planes, siendo partes de esa negación.

—Ella...— Murmuró de forma pobre por estos.

La castaña no se puso en postura de querer seguir la conversación, usando la carta más lógica y obvia que tenía.

—Claro, puede que me equivoque. Solo Mitsuba va a decir que es, pregúntale.— afirmó de forma tranquila, sin dejar su ternura y ganándose con ello el repudio interno del rubio, jugaba bien con dicha forma de ser.

Suspiró, levantándose motivado por las palmas de su amiga que le daban porras de forma alegre, en el fondo sarcástica, pero tan linda que le parecían irritantes a su blanco por estarle tomando el pelo, y saberlo perfectamente.

Se acercó de forma decidida, por sus espaldas. Pensando en que dejara de pensar, que no lo hiciese o si no nuevamente sus palabras serían ahogadas en su garganta.
Estaba a pocos pasos y trato de tener claro todo para no fallar, mientras los amigos del pelirosado notaban la dirección que este tenía hacia el chico de espaldas.

—Mitsuba...

—¡Alerta! ¡Alerta!

Tsukasa y Sakura le advirtieron primero, haciendo que este se desconcertara pero girara para encontrarse cara a cara con el que estaba de pie, asustándose de cierto modo por ni siquiera haberlo notado. Tragó lo que masticaba, mientras el pelinegro temblaba de impotencia, esperando cualquier señal para saltar como un chiguagua a defenderlo entre ladridos.

—¿Podemos hablar...? Aunque, sea... repentino.— Pidió rascando su nuca con nervios de ser negado, aunque el chico invitado no supiera del todo bien como recibir esa propuesta.

—Claro...— Murmuró fuera de cualquier muestra de orgullo de la que próximamente se arrepentiría, no tenía palabras las cuales perder en esos momentos, y tampoco podía darse el lujo de decir algo tan tonto como un no cuando lo que más quería es que le hablase.

Kou le dio la mano, ayudando a que se levantara por pura costumbre terminando por notar lo que hacía, maldiciéndose por haber hecho esa tontería que podría ser mal interpretada totalmente, pero que de cierto modo al no ser rechazada, le tranquilizaba mínimamente.

Se dirigieron a uno de los salones de clases de su año, siendo recibidos por el silencio de este al ingresar. Buscaban eso.

—¿Por qué algo tan repentido?— Cuestionó Mitsuba por notar los nervios ajenos, suspiró por notar que aquella exigencia de explicaciones fue quizás muy dura para iniciar una conversación de ese tipo —Kou, ¿Qué te aproblema?— Cuestionó esta vez más tranquilo, sentándose sobre unas mesas allí presentes.

—Estuviste siempre ocupado en nuestra relación porque tu también tenías problemas, si mal no recuerdo... ¿De qué eran?— Le preguntó armándose de cierta fuerza para tocar el tema directamente, aunque sintiera que todo eso sería un error.

De nuevo esos pensamientos eran presentes, miles de escenarios donde todo se iba a la mierda de múltiples formas arraigadas a lo que acababa de decir, y ya no podía revertir. Bajó la mirada suspirando de forma entrecortada por la tensión propia que había puesto en sus palabras, sin que su garganta fuera lo suficientemente fuerte para disimular.

—Lo... Lo siento.— Murmuró al borde de tartamudear, sintiendo que sus manos eran tiernamente tocadas con timidez, como si pudieran permiso.
Se dejó llevar, alzando levemente sus manos para tomarlas y entrelazarlas aunque eso implicara un sonrojo en las mejillas de quiénes lo hiciesen.

Era tan familiar que jamás pensó que lo perdería, tan suave y pacífico que lograba hacer que aquel nudo en su garganta no fuese tan marcado.
Kou sentía nuevamente lo suave que era la piel de Mitsuba, esa que desprendía un calor ligero que acariciaba tiernamente su tacto tembloroso, ambos asustados del rechazo que pudieran recibir.

—Relájate...— Le pidió manteniendo igualmente su cabeza baja, apreciando como sus manos se encontraban juntas como antes, siendo las del pelirosado acariciadas levemente por el pulgar del que más las extrañaba —Creo que ya dedujiste algo, por eso estamos aquí...

—No me gustan las deducciones— le corrigió directamente sintiéndose mejor de sentir lo ligero que era el tacto contrario, del cual tomaba referencia —dímelo tú y te creeré más que a mi intuición.

Mitsuba sonrió levemente sabiendo que ese chico rubio seguía siendo el mismo a pesar de sus problemas.
Era, ese rayo de luz del que se había enamorado, aunque se estuviese apagando. Su tacto era distinto, era pesado y tenso, resaltandole que temía cometer cualquier error. Más, se sentía de cierto modo más tranquilo complementado al suyo, temblando levemente por no estar acostumbrado.

—Soy un chico trans.— Admitió recordando cómo sus amigos y su madre lo motivaron a que hiciera, haciendo que nada le sorprendiera al de ojos marinos, pero aquella declaración confirmó todo.
No sabía si quiera como reaccionar, pero no se enfocó en eso, solo miraba sus manos, tan necesitadas y pasivas permaneciendo juntas que pareciera que rezaban que nada las separara, pero después de todo, Kou también era un humano con orgullo, apartando estas al volver a recordar quién era.

La sociedad era así después de todo. Tan machista que ya Kou había olvidado lo que realmente era, era un humano, pero siempre fue criado y tratado como un hombre al que le gustaban las mujeres y lo proclamado masculino. Y quizás si no ubiera sido por eso, nunca hubiera separado sus manos de las que lo apaciguaban.

—Me gustan las chicas.— Afirmó sin atreverse a mirarlo, generando que este entendiera qué tipo de rechazo era aquel.

El timbre sonó, siendo ambos interrumpidos por los estudiantes que entraban a la clase C, recordándole a Kou que debía abandonar la habitación, lo cual hizo sin decir nada más por la presión del ambiente en dicha zona.

La mirada del pelirosado se atrasó a los hechos. Dejando de enfocar sus manos desoladas para ver al rubio alejarse de él, por más de que susurrar su nombre, no podía gritarlo, no tenía valentía de llamarle. Entendiendo únicamente lo que sus miedos querían evadir a toda costa, aunque no le quedara más que aceptarlo debido a que él no era nadie para negarle qué sentir a las personas.

A pesar de que si era responsable de las abundantes lágrimas que no tardaron en salir de sus hermosos hermosos rosados, siendo acudido casi al instante por el consuelo de sus amigos que se habían adelantaron para ingresar a su saloe por dicha situación que sabían que podía acabar así, aunque, no querían que eso pasase.

Your Type 𓂃 MitsukouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora