4 años después (Presente)
Siento la alarma del despertador sonando, aunque me parece demasiado lejana, casi imperceptible. Sería mucho más fácil levantarse si hubiera dormido bien, pero los nervios no me habían dejado pegar un ojo.
Solo mi puerta siendo abierta de par en par con brusquedad seguida de un grito logra que dé un salto de la cama asustada. Medio cuerpo me cuelga afuera de las sábanas y no puedo evitar apretar una mano sobre mi pecho que se mueve agitado.
—¿Estás loco? No podés entrar así a los gritos, casi me da un infarto, Dom.
—Perdón, pero tu alarma ya me estaba rompiendo los huevos y al parecer no pensabas levantarte— contesta mi compañero de piso, Dominic, sonriendo satisfecho por haberme asustado.
—Tranquilo, todavía tengo tiempo.
—Vives en esta ciudad hace cuatro años y aún no entiendes el horrible tránsito que la caracteriza, ¿verdad? — acota irónico—. Tienes que desayunar bien y bañarte, la primera impresión es la más importante y podría notar a cinco cuadras de distancia que tu pelo está sucio.
—Siempre tan amable— contesto acercándome a un espejo solo para ver que tiene razón.
—De hecho, sí soy amable porque mientras te duchas voy a prepararte un increíble desayuno que te de energía para tu entrevista.
Le doy un beso en la mejilla a modo de agradecimiento y me dirijo hacia el baño donde cepillo mis dientes mientras espero que el agua se caliente. No me puedo duchar si no es con agua hirviendo.
Mientras el agua calienta todo mi cuerpo pienso en las palabras de mi amigo, nuevamente tengo una entrevista laboral y estoy nerviosa porque es la primera vez en mucho tiempo que un trabajo me permitiría cocinar de verdad.
Desde que llegué a Nueva York cuatro años atrás pasé por distintos trabajos. Empecé en un famoso local de comida rápida, luego en la recepción de un gimnasio, más adelante lavando platos en un restaurante de mala muerte que resultó estar lleno de ratas y fue clausurado, fui mesera en un bar donde me trataban pésimo y salía llorando casi todas las noches y él último trabajo que tuve fue en un sex shop. No estaba nada mal, el horario era bueno y ganaba bien dentro de todo. Pero el dueño terminó en la cárcel por vender drogas así que cerró el local. Al menos nos dejó llevarnos algunos regalos de la tienda.
Así que acá me encuentro, desempleada de nuevo hace más de un mes. Tengo suerte de que Dominic es mi amigo y me cuida como a una hermana menor, gracias a eso no me echa por no haberle pagado la mitad del alquiler aún.
A él lo conocí en una fiesta, Dom adora organizarlas y una noche una amiga que teníamos en común me arrastró hacia el departamento de él, que ahora es nuestro, donde se llevaba a cabo un festejo de cumpleaños.
Esa noche gané un compañero de piso y perdí una amiga. Ella nunca me confesó que estaba enamorada de Dominic y yo lo terminé besando en esa fiesta. La chica nunca más volvió a hablarme.
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Crème Brûlée-Un sueño entre sabores | ✓
ChickLitDesde pequeña Isla tuvo una sola pasión, cocinar. Al terminar sus estudios y convertirse en chef decide irse de Argentina para probar suerte en Nueva York con un objetivo en mente, ser una de las cocineras más reconocidas a nivel mundial. Y está dis...