Esta noche finalmente van a transmitir el programa especial de talentos jóvenes por la televisión, en uno de los canales de cocina más importantes del país. No estoy nerviosa porque lo que habían pasado en vivo por las redes sociales me gustó mucho, aunque Klaus me explicó que no es lo mismo.
Mis amigos decidieron organizar una cena en mi honor, que estamos por disfrutar en el sillón de mi sala de estar, frente al televisor. La emoción me hace ir por la segunda copa de vino blanco y aun así los minutos parecen pasar en cámara lenta.
Boris toma su celular y me graba imitando a un periodista entrevistándome, preguntando cómo me siento y sí creo que hice un buen trabajo, le sigo el juego mientras Rebecca aparece con una panera repleta y una bandeja con varios encurtidos. Deja ambas cosas en la mesa y se sienta al lado de Dominic. Yo decido ubicarme en el piso porque me relaja, y además me deja más cerca de la mesa ratona llena de comida.
No puedo evitar sentirme afortunada al ver todo lo que prepararon mis amigos para mí el día de hoy. Estar lejos de casa en una ciudad tan diferente y única no es fácil, pero ellos me hacen ver que tomé la decisión correcta cuatro años atrás. Es imposible sentirme sola cuando celebran mis logros conmigo y me impulsan a seguir apuntando a más.
Dominic decoró todo el departamento con lucecitas, velas, globos y guirnaldas, mientras que Boris y Becca se encargaron de preparar distintos platos que saben que me encantan como hummus, tortilla de papas y tacos de pollo. Cuando intenté ayudarlos me dejaron bien en claro que tenía el acceso a la cocina prohibido ya que era la homenajeada y me obligaron a sentarme en el sillón y relajarme. Si supieran que cuando cocino es cuando más relajada estoy.
Tomo un trozo de tortilla a la vez que escucho a Boris hablar emocionado de las tradiciones navideñas en Alemania, su país natal, y todos los platos que suelen comer, además de prometerme que iremos juntos a visitar a su familia algún día. Todas las comidas que menciona son pesadas y calóricas ya que allá, al igual que en Estados Unidos, es invierno durante las fiestas.
Contrasta bastante con mis tradiciones, Navidad en Argentina es sinónimo de morirse de calor y por ende los platos que servimos son, en general, fríos, pero no por eso menos deliciosos. Se me hace agua la boca pensando en la ensalada rusa que prepara todos los años mi mamá, o en el vitel toné tradicional de mi abuela.
Me hace falta comer algo con sabor a hogar de nuevo y me pongo a pensar que sería buena idea ir a visitarlas en algún momento.
Una música pegadiza cambia mis pensamientos y veo un almohadón volar frente a mí para terminar aterrizando de lleno en la cara de Boris.
—Shhh, ¡ya cállense que está empezando! —chilla Rebecca señalando el televisor.
Todos nos giramos hacia la pantalla donde aparece la presentación del programa. Piero Vitale es el conductor del mismo. Resulta tener un rol muy carismático, es bastante menos intimidante como presentador que como crítico de restaurantes.
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Crème Brûlée-Un sueño entre sabores | ✓
Chick-LitDesde pequeña Isla tuvo una sola pasión, cocinar. Al terminar sus estudios y convertirse en chef decide irse de Argentina para probar suerte en Nueva York con un objetivo en mente, ser una de las cocineras más reconocidas a nivel mundial. Y está dis...