Capítulo 17

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—Sigo creyendo que no deberías entrar— menciona Dominic mientras me saco el cinturón de seguridad

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—Sigo creyendo que no deberías entrar— menciona Dominic mientras me saco el cinturón de seguridad. Mi amigo decidió traerme hasta el restaurante hoy.

—Tengo que hacerlo, Dom. Es un día importante y sería irresponsable faltar— aclaro girándome hacia él y tomándolo de la mano—. Gracias por traerme.

—¿Viniste por Henri o viniste por ti? Porque no me parece bien que te expongas solo para quedar bien ante él, no tienes nada que probar.

—Vine porque es mi trabajo, Dominic. No me lo hagas más difícil.

—Está bien, lo siento. Solo...tómalo con calma, ¿sí? —sugiere con una sonrisa amable.

—Lo prometo— asiento bajando del auto, pero Dom me toma de la muñeca antes de terminar de salir.

—Voy a estar esperándote aquí mismo.

—Pero, no podés faltar a...

—Me pedí el día en el trabajo, no te preocupes— interrumpe adivinando mis palabras.

Me guiña el ojo robándome una sonrisa y cierro la puerta del vehículo para empezar a caminar hacia la entrada del Doux Paradis.

En cuanto ingreso a la cocina el ambiente se percibe tenso, nadie está ni un poco relajado. Los chefs ya forman una fila frente a Henri que hoy nuevamente está usando el sombrero blanco y luce una barba algo más larga. Escucho que está hablando serio y me apresuro a ponerme la chaqueta para unirme a la fila de mis compañeros.

—¡Tarde, Quiroga! — exclama al verme. Al parecer intentar disimular e integrarme despacio al grupo no sirvió de nada.

—Perdón, chef.

Ignora mis palabras y sigue hablando. Piero Vitale va a llegar en cualquier momento, sin embargo, también hay otros clientes así que el chef Gautier informa que debemos seguir trabajando como todos los días para los comensales corrientes, mientras que un pequeño grupo se va a dedicar a preparar los platos que pida Piero. Ruego para mis adentros que no me elija. En cualquier otra ocasión sería un privilegio, hoy sería en verdad un infierno.

—Los necesito atentos, todos conocemos el método de Vitale. Va a pedir tres entradas, tres platos principales y tres postres, por lo que tendremos que trabajar duro, de manera rápida y precisa— indica gesticulando con las manos y una mirada firme a cada uno de nosotros—. Voy a necesitar cinco chefs en mi grupo.

Pasea la mirada por todos pensando a quién elegir.

Por favor que no me elija, por favor.

—Síganme Gabriel, Rebecca, Margot, Leonard y...— se hace el pensativo, pero me está mirando fijamente y sé entonces que estoy condenada—, Isla, tú también. Vamos

La confianza que deposita en mí logra alegrarme, aunque preferiría estar cocinando para cualquier otra persona que no fuera Piero Vitale.

Maldigo por dentro y con la poca energía que tengo acompaño al reducido grupo seleccionado a una mesa aparte donde el chef Gautier se pone a dividir las tareas entre los cinco. Dos estarán a cargo de las entradas, y dos de los postres, mientras que otro chef lo ayudará a él con el plato principal. Aun así, todos estaremos ayudándonos entre sí. Muy a mi pesar me toca con Margot en la sección del postre.

Crème Brûlée-Un sueño entre sabores | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora