LEONARDO

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Después de todo lo que pasó en la mañana no me he podido concentrar, necesito comunicarme con Carlotta, pero no ha querido responder a ninguna de mis malditas llamadas y no la culpo, yo fui el imbécil que no supo decir las palabras correctas.

Pero, ¿Qué quería? No podía reaccionar de buena manera cuando mi mañana no empezaba aún, y mucho menos cuando aún no me la jalaba pensando en mi pequeña Alina, y sí admito que eso en gran parte es asqueroso, pero no puedo controlar mi polla cuando esa chiquilla de cabello negro y ojos azules aparece en mi mente. Solo ansío poder tenerla y apoderarme de toda su deliciosa anatomía.

Ansío recorrer con mis manos su suave piel, besar sus delicados labios, escucharla gemir en mi oído cada vez que me entierro con fuerza para que sepa quién es su dueño. Quiero convertirla en mi mujer, quiero poder decir con toda libertad que ella es mi esposa y la madre de mis futuros hijos, quiero gritarle al mundo que ella será la única mujer en mi vida que podrá manejarme a su antojo, porque solo ella tiene el poder de controlar a la puta bestia que se encuentra en mi interior.

Y se que me estoy apresurando al querer eso cuando aún no hemos tenido ni siquiera una pequeña charla, pero para mí eso no es necesario, no necesito conocerla porque ya me se de memoria toda su vida, sus gustos, todo aquello que la enfada y también todo aquello que llena de dolor su mirada.

A mi mente llega el recuerdo de aquel día que su madre murió, quise ocupar el lugar que tenía su padre, quería ser el que la consolará y le dijera que todo estaría bien y que si era necesario cortaría las cabezas necesarias para que ella estuviese bien. Pero no podía simplemente ir allí y sacarla de los brazos de su padre mientras le decía que era mía y que no permitiría que sufriera, por supuesto que no, y tampoco lo haría porque ¿Cómo explicarle que la espiaba y tenía a uno de mis guardias siguiendo sus pasos? ¿Cómo le iba a decir que me cautivó aquel día que la vi con ese mocoso? Simplemente no podía.

Después de ese día me juré a mí mismo que Alina Mancini sería mía a como dé lugar, y ahora que tiene la edad adecuada podré volverla mi mujer.

--Señor, ¿Está de acuerdo? –Fijo mi atención en Matteo uno de mis socios que acaba de presentar un nuevo proyecto al cual no le he puesto mucha atención



Todo por prestar atención a como se te pone la cabeza que te cuelga entre las piernas


Nuevamente vuelve a estar presente esa vocecilla en mi cabeza, ignorándola vuelvo a centrar mi mirada en el enorme plasma que está ubicado al frente, mostrando un esquema circular con varios porcentajes alrededor

--Aclárame una cosa Matteo, con este proyecto podremos obtener buenas ganancias ¿Cierto? Porque sabes que no tolero las perdidas—El silencio se hace presente en la sala, yo por mi parte levanto una de mis cejas mientras veo a Matteo pensativo, posiblemente sea por buscar las palabras correctas

--Sí, se obtendrán ganancias favorecedoras con este proyecto y los porcentajes y cifras serán de su completo agrado. Claro solo si aprueba la realización—El tono de su voz y la seguridad con la que habla me hace confiar en él, además hasta el momento no me ha defraudado con ningún proyecto

--Bien, siendo así quiero que ese proyecto de inicio el Lunes, también quiero en quince minutos todos los documentos en mi oficina para verificar que todos los permisos y de más autorizaciones se encuentren en orden ¿Entendido?

--¡Por supuesto! Haré que los documentos se los haga llegar Tamara, y en cuanto el proyecto empezaré a organizar todo para dar inicio el Lunes—Dejo mi asiento y estrecho mi mano con la de Matteo, y sin más me largo del salón de juntas rumbo a mí oficina
No soportaba ni un minuto más en ese lugar y mucho menos cuando la polla se me estaba apretando al puto pantalón por estar pensando en mi pequeña.

Esa chiquilla me está volviendo loco y no veo la hora de poder follármela como un jodido animal, mientras ella gime y arquea su espalda invitándome a probar como un bebé de sus deliciosos pechos. Y es que solo imaginar esa escena me la pone más dura a tal punto en que ya no soporto el dolor y debo quitar el cinturón, desabrochar el botón y bajar la cremallera.

Saco mi erección del bóxer, y veo como una pequeña perla de líquido pre-seminal sobresale dándome a entender que no podré resistir más sin tener ha Alina, sin esperar nada tomo mi polla con la mano derecha comenzando a moverla de arriba hacia abajo, mientras que en mí otra mano tengo una foto de mi nena, enviada por el hombre que aún tengo siguiendo cada uno de sus pasos.

Sin soportar más tiempo intensificó los movimientos de mi mano dándole paso a mi polla de descargar todas las ganas que se encontraban reprimidas desde la mañana, mientras que no apartó mis ojos del color azul electrizante de los ojos de la hermosa mujer que se encuentra en la fotografía.

Después de eso limpio mi mano y dejo la fotografía donde se encontraba para poder guardar mi miembro que aún sigue encontrándose duro, y sin más continúo con todo lo que debo hacer en mi maldito día.

COMPLETAMENTE ABIERTA A TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora